con un conflicto te anhelo,
así es como se abre el ropero,
de sentimientos guardados en hielo.
intermitente, débil, creciente duda,
y sin tardar, sin vergüenza,
me quiebras sin chance a buscar ayuda.
que poco a poco empieza a brotar,
culmina en tardes de remembranza,
de las que lo juro quiero escapar.
¡ay! maldita, finita vida,
cómo será que me pude ganar,
la lotería de esta tristeza suicida.
sufro, lloro sintiéndome culpable,
de la incoherencia me siento preso,
de una tristeza injustificable.
¿Será con un sutil abrazo de Morfeo,
con la gentil caricia de la distracción,
con la liberación física del deseo?
la paz inmediata de la nicotina,
o un trago de olvido, cantinero,
su abrazo, sí, por fin me ilumina.
diseñado para protegerme,
la oscuridad suelta un aullido,
ya no se atreve a envolverme.
me arrullo en tus recuerdos,
tus brazos, tu pecho y mi cara,
la tristeza y yo sentamos acuerdo.
lavando problemas y miedos,
me levanto y camino hasta el día,
en que se reencuentren nuestros dedos.
cuando no hay más que nuestro medio,
la tristeza es solo un velo,
se ha terminado el asedio.
y aunque la necesaria distancia es de valientes,
el desespero está a un solo ruedo,
oh, de ti amor estoy abstinente.