[Fuente](Imagen creada con Bing Ilustrator)
Te despiertas a las 6.00 am con una alarma que olvidaste quitar, de primeras, lo normal no sabes ni que día es, hasta que caes que es festivo, Domingo y sin ningún motivo aparente para levantarte a dicha hora. Como estabas en medio de una pesadilla laboral de difícil solución, oficina que no cumple la prevención de riesgos, comité de empresa, oh Dios. Decides levantarte.
Tuviste la precaución de dejar la cafetera vacía, así que es solo llenar de agua, moler el café y todo recto, pero empiezan los acontecimientos. La lógica de levantarse te hace aprovechar la pausa que te impone el esperar que hierva el agua, para ir al baño a librarse de la pesada carga en la vejiga.
En mitad del baño, ahí estaba más extrañada ella que yo de la luz y el movimiento. Se paró, ande para atrás como un policia ante un detenido peligroso, me armé de un zapato en el dormitorio, encendí la luz, y zas, fallo. Los nervios, el no llevar las lentillas, vaya usted a saber, se escapa rauda a la vereda del WC.
Activo el plan B, el insecticida, lo localizo a la primera, voy al baño después de calzarme las zapatillas, si tengo la costumbre, no se si buena o mala de andar descalzo por casa siempre que las temperaturas lo permitan, y rocio las áreas circundantes del vater, la veo moverse, le administro un extra de spray, cierro el baño, dejo el spray por si precisa un segundo uso a la vera de la puerta, alineo la zapatilla, y acudo a la cocina a seguir las maniobras del café en curso.
El agua, está ya hirviendo, me demoro unos segundos en lavarme las manos de haber estado en las acciones anteriores, separo la cafetera, cargo el café, cierro, y la pongo en el fuego, suena fuerte, la aparto, no quiero que salga a borbotones, el café requiere fuego pero pausado. Simplemente apoyo un lado, sigue sonando mucho, aparto la cafetera, aprovecho para sacar el pomelo de la nevera, tiene peso.
Pongo de nuevo el café lateralmente, sobre el fuego apagado que conserva el calor de la vitrocerámica, suena más suave, me dispongo a pelar el pomelo. Malas noticias, el interior del mismo presenta una tonalidad oscura, blanda, con pipas, de pasado. Ha sido una semana en la nevera, nota mental para no comprar tantos de una vez, dividir la compra en dos visitas semanales, ando en esas de no estar todo el día en los establecimientos para por acumulación está comprobado, uno termina comprando más de lo que quería o necesita.
Caliento la leche, el café casi ha salido, a mi me gusta cuando es más pausado, cuando casi le tengo que volver a poner fuego para ayudarle a que siga saliendo en hilillos, la leche, en el micro calentando, por cierto, debo comprar de nuevo, como pesa, siempre se me hace más xxxx hacerlo, acabo de caer que puedo aprovechar que hoy cojo el coche.
El café, está bueno, pero un exceso de nata,que se forma sin pretensión de dar placer, me abrasa acoplada perfectamente sobre los labios cuando doy los sorbos, no puedo negarlo, el día no ha empezado precisamente, como hubiera querido.