Me seduce lo antiguo, que no lo viejo.
Me encanta cuando me deslizo por los laberinticos mercadillos de la zona encontrando objetos desconocidos. Me alucina cuando veo un objeto que me apasiona y que el vendedor en sí se lo quiere quitar de en medio por muy poquito dinero.
Botellas “Damajuana” tiradas de precio, muebles de madera maciza con detalles en madera tallada a mano, bandejas de porcelana de los años 40, lamparas de opalina... hmmm, simplemente MAGNÍFICOS! Objetos que un día alguien decidió regalarme. Casi regalados, claro. Por muy poquito dinero me entregaron esas maravillas.
Muchos de esos objetos que llegaron a mis manos los he estado renovando puesto que algunos de ellos tenían marcas de la edad, mudanzas agresivas, dueños despreocupados.
Hubo una vez que le compré a una señora una lámpara de opalina en un improvisado mercadillo en la calle. Recuerdo que lloviá y que la mujer tenía prisa por recoger sus tesoros e irse a casa. Le pregunté que cuanto costaba la lámpara y me dijo con cara de velocidad que la iba a tirar puesto que tenía un trozo de la base partido, así que me la regaló y yo la acepté, con mucho gusto.
Recuerdo también cuando fuí dueña de mi primera bandeja de porcelana. Paseando por la calle me di cuenta de que había mucho barullo en una casa antigua y me atreví a entrar. Se trataba de la última llamada a vaciar la casa porque los dueños querían venderla, con todos sus objetos. La buena mujer me vendió una bandeja de porcelana preciosa de los años 40 por la mísera cantidad de 3€. Me esperaba un precio mayor y la verdad es que aunque no la use solo más que para decorar estoy encantada con mi compra.
Meses después volví a encontrar 2 bandejas más en diferentes puntos de la geografia belga.
Ahora soy la poseedora de 3 bandejas antiguas que encontré por muy poquito dinero pero que me hacen la vida un poquito más feliz.
Recuerdo que cuando me mudé a Bélgica desde Alemania les dije a la compañia de mudanzas que tuvieran especial cuidado con mi botella “Damajuana” de 50€. Se trataba de una pieza de colección, era antigua, soplada, verde y redondita. Era mi objeto de deseo por excelencia. La dejé en el jardín para que decorara mi harmonía. Lamentablemente un día nos visitaron unos jardineros con muy malos modales y partieron en mil pedazos la botella e intentaron esconder los restos detrás de un árbol. Demencial. A partir de ahí me dediqué en cuerpo y alma a la busqueda de “Damajuanas”. Los precios eran muy variables y pronto me hice con una de ellas, y con dos hasta llegar a la friolera de 11 botellas. Algunas de ellas son usadas como decoración pura, otras son usadas como lámparas, y un par más están en el jardín...
Ahora me debato entre el minimalismo y el amor por lo antiguo. Su dulce tacto no me deja despegarme de él. Al fin y al cabo es de lo que hablabamos en el otro post, si te hace feliz... hazlo!
Y a vosotros que objetos antiguos se han colado en vuestras vidas?
Explicadmelo en los comentarios. Estaré encantada de leer vuestras histórias de lo curioso.
Saludos Steemians!
La verdad es que me encantaría que donde vivo hubiesen mercadillos de cosas antiguas. Lo más que puedo comprar es algún libro del que nadie se acuerda y que a mi me parece algo peculiar. Sería maravilloso @madamecat y me encanta el gato-a que aparece en la foto. Saludos.
Hola! Dónde vives? Te puedo dar un par de consejos donde buscar el mercadillo más cercano! También es posible formar tu propio mercado de lo antiguo en tu vecindario! Quien sabe la de tesoros escondidos que tendrán tus amados vecinos!
Y el gato se llama Tuco y lo conocí y adopté gracias a un llamamiento de socorro puesto en Facebook, donde lo necesitaban dar junto con su hermano a buenas manos. En Facebook tengo una página llamada madamecat y muestro al mundo a mis 4 amores <3
https://www.facebook.com/madamecatCabronioCalaRubioTuco/
Gracias por comentar y un abrazo!
Que linda eres amiga @madamecat yo vivo en un pueblo de Venezuela llamado San Juan de los Morros (Edo. Guárico). No sé si tú conoces la situación que vivimos en Venezuela ahora. También tengo una gata llamada Tabatha la cual adopté del liceo donde trabajaba. Soy docente jubilada próxima a cumplir mis 50 primaveras. Y si, lo antiguo es misterioso y apasionante. Un abrazo desde la distancia. ¡Saludos a Tuco!