¿Que puedo decirle que ya no sepas? y es que sabe todo de mí. Me conoce a la perfección, pero aquí estamos, en una playa desierta preguntándome una vez más sobre lo que yo quiero.
Y solo quiero lo de siempre, ser feliz. Pero por algún motivo mi respuesta no le satisface. Veo como la ira corre por su rostro, hasta sus ojos, me taladra con la mirada, una mirada que derrocha odio, odio puro. ¿Me odia? ¿Acaso es eso?
Ciertamente no lo sé, no puedo saberlo, y aún así me esfuerzo día a día por hacer que me ame, pero en momentos como hoy, creo que es todo lo contrario.
No digo nada, me da miedo decir algo, porque siento que se descargará contra cualquier cosa que yo pueda decirle, que me gritará. Así que solo espero, paciente que me diga que piensa realmente.
Da vueltas frenéticas en un solo lugar, me mira con esa misma mirada oscura que me da terror, levanta los puños al aire y los lanza hacía al frente como peleando con un enemigo invisible, para luego tirarse de rodillas en la arena y golpearla fuerte.
Me arrastro hacia atrás, alejandome del lugar donde estuvimos sentados toda la tarde, porque su último golpe estuvo muy cerca de mí...
-¿Qué? ¿ahora te da miedo? - su sonrisa está llena de ira, su rostro está totalmente transformado, no parece él.
Pero claro que lo es, esto ha pasado mucho, siempre sucede que se molesta, sus tratos amables se disuelven, pero es a causa de la rabia ¿cierto?
-No te haré nada imbécil ¿o crees que si? - dice acercándose a mí y tomándome fuertemente por el brazo. Niego con la cabeza porque siento que si hablo, mi voz se quebrará y se enojará más, se que no le gusta que llore, se molesta mucho.
-Exacto, no te haré nada. - Dice pegandome a su pecho - solo quiero entender porque carajos me ignoras cuando te escribo, una y otra vez a tu estupido telefono, ¿que es lo que quieres? ¿que no te escriba más? - Niego apresuradamente con la cabeza, rápidamente, trato con todas mis fuerzas que mis lágrimas caigan por mis mejillas, pero es tarde.
-Dime entonces ¿Por qué no me respondiste? Se suponía que ibas a fugarte, para venir conmigo a la playa, y me hiciste esperar más de lo que debía. - Siento como su puño se tensa en mi mejilla, limpiando de manera áspera mis lágrimas.
-Solo... Solo no pude salirme, el profesor hizo un examen sorpresa y si... y si no presentaba podía apla...
-Entonces es más importante para ti ese examen, ¡más importante que yo! - Casi que grita, pero no me preocupo porque estamos totalmente solos en la playa, siendo observados únicamente por sol que se acerca poco a poco a la línea del horizonte.
-No, no, es solo que... que no quiero me... castiguen mis padres... - digo casi en un susurro.
-Por eso te digo que debes venirte conmigo, nos irá bien, yo trabajo..y todo... te lo daré. - me da besos en mis mejillas, mientras acaricia con su pulgar mi cuello mientras habla. Poco a poco sus beso bajan hacia mi cuello, luego de mis clavículas haca mis pechos. Me pongo nerviosa, estamos en un lugar público a pesar de que no hay nadie...
-Oye,..- digo tratando de separarme de él - creo, que... no deberíamos- Me lanza a la arena y luego se quita con furia el pantalón, y el bóxer, ignorando lo que le decía. - ¡Creo que debemos irnos Ethan!
-¡Nos vamos cuando yo diga! y ahorita solo quiero hacerte mía. - no se molesta en quitarme el traje de baño, simplemente voltea mi cuerpo y haciendo de lado mi traje de baño me penetra una y otra vez, mientras incómoda, tengo mi mejilla contra la arena, que se mete entre mi boca.
Cuando acaba, simplemente se viste y me dice que lo siga al coche. -Ponte tu uniforme, debo llevarte a tu casa, ya será extraño que estés tan tarde fuera - me visto en silencio. En el camino de regreso solo pienso en como me siento, en lo humillante que es, pero, no sé como decirlo, sé que si hablo se molestará y me gritará y me dirá que se alejará de mí y no quiero que eso pase. Así que solo me mantengo en silencio hasta llegar a mi casa. Cuando me voy a bajar me acerco a besarlo y me esquiva. - Debes bajarte de una vez Marcela, tus padres podrían vernos - Así que sin más me bajo y cruzo el pequeño portón, veo como el vehículo se aleja con furia.
Esa noche después de cenar no se como sentirme. Solo sé que debo estar feliz de tener alguien que me quiera ¿Cierto? Pero la verdad es que no me siento feliz, menos cuando no responde a mis mensajes ni cuando llorando me quedo dormida una vez más.
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