Los sermones, doctrinas y discursos se han de hacer en estilo natural y llano, a imitación de Jesucristo, quien habiendo podido explicar los divinos misterios por conceptos proporcionados a la grandeza de ellos, siendo verbo y sabiduría del Padre, no quiso servirse sino de términos y comparaciones triviales, acomodándose a la capacidad del pueblo, y dejándonos el modelo verdadero de explicar su divina palabra.
Tomado del Diario de Máximas, sentencias y dichos memorables de S. Vicente de Paul, Fundador de la congregación de la Misión, y de las hijas de la Caridad. Sacado de su vida escrita por Monseñor Ludovico Abelli, obispo de Rodez. Barcelona. 1834.
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