Lo mismo debe practicar con los genios difíciles y delicados, a los cuales se les debe ayudar con particular blandura; siendo su flaqueza de espíritu más digna de compasión, de lo que lo son las enfermedades corporales.
Tomado del Diario de Máximas, sentencias y dichos memorables de S. Vicente de Paul, Fundador de la congregación de la Misión, y de las hijas de la Caridad. Sacado de su vida escrita por Monseñor Ludovico Abelli, obispo de Rodez. Barcelona. 1834.