Visitar una ciudad tan hermosa como Buenos Aires no puede dejar de transformar lo que somos. Hace ya algún tiempo pisé sus hermosas calles y bebí de su aire de otoño, entonces, no volví a ser la misma. Calles por las que transitó el buen Borges y el querido Cortazar recogieron mis pasos para depositarlos en el hueco del tiempo olvidado.
Hoy recuerdo esos días, en compañía de las canciones que me presentaron Buenos Aires antes que cualquiera, aquellas de Fito Paez, Cerati y Spinetta que resonaban en cada cruce de calles y en cada estación de autobús. Parecía como si ya hubiese vivido en aquella ciudad tan distante de Venezuela, como si ya hubiese andado y desandado la Av. Alcortar o Palermo cientos de veces y como si hubiese pasado cientos de días en la Biblioteca Nacional. Tal vez en otra vida. Tal vez en otro universo, en otro tiempo viví en esa ciudad.
Hoy, mi visita es solo un recuerdo que habita las historias que la cuentan, a Buenos Aires.
Espero volver alguna vez y entonces podré estar completamente segura de que el Aleph todavía está oculto en alguna de sus esquinas. Podré estar segura que también lo vi.
La señal ya la dio el maestro cuando dijo: "La juzgo tan eterna como el agua y el aire" Jorge Luis Borges
Buenos Aires
He nacido en otra ciudad que también se llamaba Buenos Aires
Recuerdo el ruido de los hierros de la puerta cancel.
Recuerdo los jazmines y el aljibe, cosas de la nostalgia.
Recuerdo una divisa rosada que había sido punzó.
Recuerdo la resolana y la siesta.
Recuerdo dos espadas cruzadas que habían servido en el desierto.
Recuerdo los faroles de gas y el hombre con el palo.
Recuerdo el tiempo generoso, la gente que llegaba sin anunciarse.
Recuerdo un bastón con estoque.
Recuerdo lo que he visto y lo que me contaron mis padres.
Recuerdo a Macedonio, en un rincón de una confitería del Once.
Recuerdo las carretas de tierra adentro en el polvo del Once.
Recuerdo el Almacén de la Figura en la calle de Tucumán.
(A la vuelta murió Estanislao del Campo.)
Recuerdo un tercer patio, que no alcancé, que era el patio de los esclavos.
Guardo memoria del pistoletazo de Alem en un coche cerrado.
Sé que los únicos paraísos no vedados al hombre son los paraísos perdidos.
Alguien casi idéntico a mí, alguien que no habrá leído esta página, lamentará las torres de cemento y el talado obelisco.
Jorge Luis Borges
Buenos Aires es una ciudad hermosa, sino fuera tan difícil ir a argentina seria mi primera opción para emigrar.
Te entiendo... totalmente
Espero poder ir a visitar algún día tu ciudad. Sigue adelante.
Así sea. Gracias!