Lección N° 03 : No hay trato.
A lo lejos podía escuchar las voces de mi madre y mi hermana, hablando de esos resultados y del futuro que venía avasallante contra nosotros. Sin embargo, aunque estaba tan cerca de ellas, yo me encontraba lejos de esa conversación. Mi mente estaba distante, concentrada, tratando de formular la oración correcta en mi cabeza, buscando las palabras excactas, el trato perfecto y la suplica precisa. Pero 14 años no dan la mejor experiencia para pedir milagros. Al parcer un trueque no parecía un buen trato para Dios, tampoco un intercambio de sistema inmunológico, aún cuando le aseguré que yo sí resistiría el tratamiento.
Traté de argumentar que estaba joven, sana y que podía ser muy fuerte. Traté de convencerlo de que podía funcionar, reformulé una y otra vez mi petición, pero no respondía. Uno de los últimos intentos, debo confesar que el más patético, fue retarlo a mi fe. Dije: ¨vamos, tú puedes. Cerraré los ojos y nada de esto estará pasando cuando los abra.¨ Naturalmente, al abrirlos todo seguía igual.
Lagrimas empezaron a brotar de mis ojos, no eran de dolor ni resignación. Un extraño vacio llenó mi estómago, el miedo había llegado. Miedo a no poder hacer absolutamente nada para cambiar lo que de manera irrevocable se acercaba... Él se iría, y eso era algo que yo no podía entender, no lo podía aceptar. Una gota de agua empezo a correr por mi rostro, recuerdo que era particularmente fría. A penas empezaba el mes de Abril, pero el invierno había llegado antes.
Claro que no era esta una lluvia culquiera, yo sabia que era la respuesta que pedía, pero no la que quería. Esa tarde el cielo me dio sus lagrimas, asumo que no quiso dejarme sola mientras estaba tan triste... Entonces lo entendí, tenía razón; no hubo trato. Al menos no como lo propuse. Se harían realidades mis palabras; iba a ser fuerte, estaba sana, joven y podía resistir. Pero claro que para el momento no tenía idea de esto, y en ese instante el mundo se me desplomó.
Lección N° 04: De antes.
Como si de alguna manera ya lo supieras, tus palabras aquel primero de Enero, con respecto al momento correcto para exprersar el amor, fueron :¨Algún primero será tarde¨ creo que no tenías idea de lo que esa frase representaría desde entonces para toda mi vida. Fue nuestro ultimo dia de enero juntos.
Definitivamnete tenias razón, se hace tarde cada instante que transcurrimos. Tarde para todo lo que dejamos de hacer, tarde para demostar cúanto se ama. Si tan solo lo hubiese sospechado... Pero era imposible imaginarse sin ti.
Alguna noche que no logro recordar, mientras hacias cariño a mi cabello dijiste: ¨No cambies mamita, cuida siempre el jardín¨ claro que para el momento, yo solo pensaba en no dejar mi afición por sembrar y cuidar plantas en el patio de mi casa. Pero si prestan un poco de atención, es la eseñanza perfecta. Somos tan descuidados a veces con nuestro jardín, y naturalmente no hablo de la tierra y las plantas, hablo de lo que nos hace florecer.
Esta es mi favorita...Tarjeta de nuestra ultima navidad ¨Lejos de ti, pero muy cerca y dentro de ti. Te quiere papá¨Esta no necesita explicación, fue el abrazo más grande que me dejaste.
Lección N°05: La paz de tus ojos.
Tu salud se caíga a pedazos, empezaban ya a notarse los signos del cancer en tu cuerpo. El cabello empezó perderse y por primera vez te vi quitarte el bigote que siempre conocí.
Sé que notabas la tristeza de mi mirada al verte, que en esos abrazos repentinos que me dabas, buscabas calmar el miedo que cada día crecía hasta rozar el pánico por perderte. En todo ese desastre, aprendí a mirarte y sonreír, tus ojos tenían un brillo especial para mi. Era como si me cubrieran de calma, de paz. A pesar de lo que pasaba, yo solo tenía que buscar tu mirada y todo tendría sentido, todo estaría bien.
Me entregaste en cada momento de ruptura, la serenidad para soportarlo. Un día vi que tú me miraste con el miedo que yo te veía y sonreíste. Entonces lo supe, ahora yo tenia la paz en los ojos. Era mi turno darte calma.
Desde entonces cuando me miro al espejo te veo. La paz de tus ojos, ahora es mi hogar. Con frecuencia me dicen¨transmites calma, eres equilibrio¨ yo sonrío, porque esa paz viene del peor de los miedos, y del más grande amor. No saben que el brillo de mis ojos viene de ti. Gracias.
Lección N° 06: El día de tu muerte
Tú no has muerto. Pero claro, aquel 27 yo no lo sabía. Y sentí como en ese instante me moría sin poder morirme, como si me arrancarán la vida. Todo perdió color, todo fue silencio.
El tiempo se detuvo y yo solo estaba abrazada a ti. ¨quedate conmigo¨es lo único que repetía. Que bueno que te quedaras, ahora te encuentro entodas partes. Tú la magia, tú la vida.
Lección N° 07: Después
Sonó derrepente esa canción en la radio.¨tranquila chiquita, que todo va a salir bien¨ desde entonces no me has dejado sola ni un minuto.
Han pasado 9 años, y en cualquier momento del día apareces, me robas una sonrisa y me susurras al oido¨Dios te bendiga mamita¨ y yo solo puedo responderte: Te amo pa, he vuelto a los colores.