A pesar de mi corta edad, he tenido problemas asociados a mi columna vertebral y cervical, por lo que me ha tocado ir al médico una vez más. Y esta vez por un dolor en la parte baja de la columna, una especie de lumbago.
Cuando salía de mi primera consulta, como me quedaba cerca del que era mi antiguo trabajo decidí acercarme para llevar mi reposo –cabe destacar que caminaba más lento que una tortuga – y había una parte el camino que era medio solitario.
El que me conoce sabe que tengo un radar para huelepegas, malandros, locos, o cualquier persona que yo vea con una actitud extraña y sospechosa. Entonces mis radares se activaron cuando vieron a lo lejos a un muchacho con una bicicleta, de inmediato mi instinto me alertó. Cuando el muchacho ve que yo paso casi en frente de el, éste decide montarse en su bicicleta y arrancar –todos sabemos en qué termina eso – entonces yo decidí entras a un minimercado
que estaba cerca.
Entro muy nerviosa y le digo al chico que solo quiero esperar a que el muchacho se vaya, pues le vi las intenciones. Cuando volteo están dos compañeros de oficina, uno era mi “bff” (@elgrancheche) como yo le digo en broma, y un señor con el que prefiero mantenerme al margen, al cual llamaré en este micro-relato Franklin.
Jose cuando me vió inmediatamente me hizo señas para que me sentara con ellos, pues ellos se estaban tomando un café, yo no quería porque estaba el señor allí, pero a final de cuentas accedí.
Yo estaba entre adolorida y asustada, por lo que estaba como desenfocada. Cuando me voy a sentar, tomo la silla que está a un lado y escucho que me dicen Ey, ey, ey cuando subo la cabeza le estaba quitando la silla de la mesa a una señora, obviamente no me había dado cuenta de que la señora estaba en la mesa de al lado sentada, sin embargo en medio de la confusión la señora me deja tomar la silla.
Cuando me voy a sentar digo casi entre los dientes caramba, pero ahí tiene más sillas (acostumbrada a la hostilidad de la gente que busca hacer problema por todo y por nada), a lo que Franklin me responde bueno, lo normal es que la gente pida permiso cuando va a tomar la silla prestada, se dice “buenos días, puedo tomar la silla” yo trato de justificarme diciendo que de verdad no había visto a la señora a lo que él me dice ¡PEOR!, no hubieses dicho nada.
Cabe destacar que el tono de voz de Franklin fue entre regaño y reclamo. El episodio fue tan incómodo que hubo una pausa, y luego ellos siguieron conversando.
Un episodio estúpido, pero que me hizo escribir estas líneas.
Nos las pasamos día a día viendo los errores de los demás, o satanizándolos en algunos casos sin ver más allá. Aferrados a nuestra realidad la cual creemos que nos hace los reyes absoluto de la verdad. Mi único error fue no ver a la señora, si no con todo gusto hubiese pedido permiso para tomar la silla de la manera más educada posible. Probablemente mi gesto si se vió mal, y lo que dije luego aun peor. Sin embargo, algunas veces tenemos que ser cuidadosos al decir las cosas, pues no sabemos, sobre todo cuando no se tiene la confianza como tal y no sabemos con el tipo de persona que estamos tratando.
Yo solía ser una persona que me llenaba la boca diciendo que le decía a las personas la verdades en su cara, le duelan o no, por suerte crecí y me di cuenta que ese no era el camino. Hay que sensibilizarnos un poco, y a veces ponernos en la posición de la otra persona.
Franklin es una persona adinerada, muy inteligente, y con todo lo que una persona promedio desea para decir que tiene una buena vida, ¿pero acaso eso lo hace un ser superior?, yo pienso que no.
Con habilidades y una posición beneficiada por así decirlo, claro que si. Sin embargo le hace falta algo que se suele confundir con otra cosa: humildad.
Gracias a Dios aprendí que es mejor ser, que tener.
Hola, me encanto tu post! muy bueno la verdad, estare al pendiente de tus publicaciones, espero pases por mi blog y me digas que te parece! saludos!
Muchas gracias por tus palabras de aliento. Eso motiva a escribir mas,
Me ha encantado tu redacción, seguiré pasando por tú blog constantemente. Espero verte en alguna de mis publicaciones. Te envío un gran abrazo, feliz domingo.
Espero que vuelvas a jugar con lo que pasa en tú día para traernos un buen micro-relato. Estuvo genial.
Gracias por el apoyo, y para eso estamos en esta comunidad. Juntos somos más fuertes :D
Bueno ese relato........me gusto, ya te apoye. Te invito a seguirme
Gracias por el apoyo :)
Excelente reflexión.