Un día paseando por el parque, me encontré con mi amiga Olga, teníamos mucho tiempo sin vernos y establecimos una conversación amena, ella me contaba de su vida y me preguntaba de la mía.
Cuando le conté de ciertas experiencias gratas y de otras no tan agradables que yo había vivido surgió una pregunta en ella:
-"¿Tu no quisieras tener una maquina del tiempo, para regresar al momento en que te ocurrieron esos hechos desagradables y poder enmendarlos? y así evitarías el dolor, la tristeza, el llanto y tantos sentimientos desagradables "
Yo le conteste:
-"Es muy tentadora tu pregunta. Pero pienso que todas las experiencias vividas obedecen a un plan de vida que cada ser humano tiene, toda experiencia, sea buena o mala, nos trae una enseñanza, forma parte de nuestro crecimiento personal, de los malos momentos como muerte de un ser querido, desengaños, traiciones, frustraciones, o metas no alcanzadas; aunque en el momento que nos ocurren traen consigo dolor, tristeza, depresión, angustia y muchas veces nos hacen llorar, más adelante si sabemos manejar la situación aprenderemos de estas experiencias, y nos haremos más fuertes, por esa razón no me interesaría tener una maquina del tiempo, mi vida con sus altas y bajas es la mejor porque es la que Dios me ha permitido vivir, y no cambiaría nada."
Todos los momentos en la vida del hombre les dan experiencia y el valor para seguir adelante, Dios permite en nuestras vidas situaciones difíciles porque el sabe que las podemos soportar, si confiamos en El nos dará las fuerzas necesarias para levantarnos y seguir adelante, no es conveniente querer o desear alterar lo que ya esta establecido por El que ocurra, por muy duro o cruel que nos parezca, todo tiene su sentido y razón de ser y al final nos demostrara que podemos vencer esas circunstancias difíciles, y que nada es eterno en esta vida, todo va a pasar y vendrán tiempos mejores y de refrigerio para nosotros.
Esta reflexión fue hecha por mi, la ilustración la realizo mi hija.