¿Creen ustedes que se puede saber algo antes de que suceda o al mismo tiempo que sucede sin que por ningún medio de comunicación de masas o personal se tenga noticia al respecto?
No daré respuesta alguna y me limitaré a referir lo que les pasó a dos hermanos, ambos amigos míos, y a los fines de esta publicación les daré a los protagonistas de esta historia nombres distintos a los verdaderos.
Un sábado por la tarde, Marcos estaba en Charallave (estado Miranda, Venezuela) en la celebración del cumpleaños de un primo de su esposa. En cierto momento repicó su celular, en la pantalla se leía “numero privado”, atendió y una voz desconocida, de alguien que no se identificó, se limitó a decirle:
-José Ramón acaba de fallecer.
Marcos quedó desconcertado y a la vez compungido. José Ramón, contemporáneo de su hermano mayor, Álex, era un viejo amigo de los dos hermanos, y desde hacía tiempo venía sufriendo de una enfermedad crónica. De inmediato, Marcos llamó a Álex, que estaba en Maracay (estado Aragua), en su casa, viendo televisión: le dio a su hermano la triste noticia y, sin pensarlo dos veces, Álex se alisto y salió a casa de José Ramón, quien vivía a unos cinco cuadras en un viejo conjunto residencial. Llegó al edificio en cuestión, subió al segundo piso por las escaleras y tocó a la puerta del apartamento de José Ramón: le abrió uno de sus tres hijos, se le notaba alterado y lloroso. El muchacho lo hizo pasar y Álex, después de un breve saludo, le dijo:
-Alguien llamó a Marcos por teléfono y le dijo que José Ramón falleció.
El muchacho se quedó boquiabierto y si antes lucía alterado y lloroso, ahora se mostraba sorprendido y asustado, y después de unos segundos larguísimos le dijo a Álex:
-Pero cómo puede ser eso si mi papá no tiene ni diez minutos que murió y aún no le hemos avisado a nadie- se refería a sus dos hermanos que estaban en la habitación con el padre recién fallecido.
Cuando Álex y Marcos me contaron esa experiencia, me advirtieron que no se la habían contado, aparte de sus padres, a más nadie porque podrían pasar por mentirosos, aunque los hijos de su amigo José Antonio podían dar fe de su veracidad.
Cuesta creerlo, pero esas cosas pasan y el mundo es más misterioso de lo que pensamos o nos negamos a pensar.
Increíble! La verdad es que hay muchas cosas como esa que se escapa de nuestro entendimiento!
Eso y mucho más, pero nos han limitado las puertas de la percepción.
Siempre me ha llamado la atención ese "algo". Quizás también porque me ha tocado experimentar cosas similares. Buen post!!!