Bruja. Un relato en tres partes (Parte II)

in #spanish6 years ago (edited)
Si gustas, puedes leer la primera parte aquí.


EL suplicio de Anneken Hendricks en Amsterdam, 1571, de Jan Luyken (1685) - Imagen del Dominio Público

Fuera de la casa, el joven Alfonso miraba con entusiasmo como se desvelaba la magnífica arquitectura. Las máquinas arrastraban maleza y basura; los obreros raspaban las galerías de insectos de las paredes, de los techos y de las enormes cortezas.

Era la primera vez que Luis vería a Amalia en persona; solo tenía una foto de ella de una época más feliz. No guardaba la mínima expectativa; Amalia era un mueble más de la casa. Y solo los muebles que añadieran valor a la propiedad serían conservados.

Eran casi las siete de la mañana del tercer cuando todo estuvo lo suficientemente limpio como para que el joven Alfonso entrara a la casa. La señora Augusta, vecina de al lado, había prestado dos criadas para que le preparan comida y atendieran la limpieza durante el tiempo necesario. Aunque no eran ingenuas, las chicas eran adolescentes apenas, venidas de un pueblo pequeño; no hacían preguntas y tampoco miraban al patrón directo a los ojos. El baño que tenían a su disposición estaba dentro de la casa, al lado de la habitación adonde nadie entraba y que nadie abría siquiera. Evitaban ir cuanto pudieran y cuando lo hacían, jamás iban solas.

Así comenzó el día en que todo terminó antes de empezar. La atmósfera era perfecta para el sosiego sabatino; poco sol, brisa suave y calles casi desiertas con jardines que las manos de sus propios dueños jamás hubiesen podido mantener en tan impresionante floración. Dentro de las casas, los vecinos guardaban silencio, como esperando un grito desesperado que les permitiera cerrar aquel capítulo de suspenso y seguir con sus vidas, seguir respirando; los criados, abocados a sus faenas, no estaban menos en vilo. Augusta recuperaría a sus muchachas, no sin sentir culpa por haberlas arrojado a la boca del lobo, pero tampoco sin sentir que había sido imperativo contribuir a expulsar el mal que los agobiaba —claro que eximiéndose del trabajo sucio.

El joven llegó a las ocho, sonriente y hambriento. Al fin la casa se veía como la imaginaba. Las restauraciones comenzarían hasta el lunes, así que tenía todo el fin de semana para explorar cada rincón y planificar las indicaciones para las cuadrillas. Se sentó a la mesa con agrado y disfrutó de un desayuno digno de la realeza. Aún saboreando el último bocado, reposó ambas manos sobre la mesa y dijo: “¡Espléndido! Pobre de mí que luego de este grato momento, debo ir a ver por fin por la pobre Amalia…”.

Las chicas no hubieran sospechado nunca que se atreviera a pronunciar su nombre dentro de la casa. Las tomó completamente por sorpresa. Se quedaron estáticas y ni siquiera intentaron correr; igual no les daría tiempo salir. Cada puerta y cada ventana se cerró en el acto y al unísono. El estruendo hizo eco en toda la calle. El sonido parecía salido de lo más profundo de la tierra.

Gracias por leer esta parte 2/3.

Soy miembro de @talentclub.


Imagen diseñada por @wilins

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Interesante historia , la verdad me gusta muchos estos temas, esperando la parte 3 !! =)

Muchas gracias, @onekiss. Espero al final te guste :)