Cediendo ante la libídine
Tal vez era su forma de vestir, usar abrigo todo el tiempo en el clima de Caracas no es algo muy normal, o posiblemente no destacaba entre sus otras compañeras de la universidad. Emily no era el estereotipo de chica tímida, pero tampoco era muy extrovertida, quizás por eso nadie hubiese sospechado todo lo que se guardaba por dentro.
Esa mañana después de clases iba caminando rápido a la biblioteca para no perder el tiempo y estudiar, se topó con una pareja besuqueándose en un banquito, parecía que no estaban haciendo nada muy lascivo, pero Emily los vio fijamente por dos segundos y sintió todo el placer con el que se besaban. Él posaba su mano sobre la mejilla de ella, con los labios cerrados la besaba y luego él los abría para que ella pasara su lengua, ella posaba su mano sobre el muslo de él, los apretaba y lo sobaba lentamente “¡Qué espectáculo!” pensó Emily, pero varias personas habían advertido el acto y habían ignorado totalmente a la pareja.
El resto del trayecto Emily no pudo dejar de pensar en lo pasional que se besaban, entró a la biblioteca y busco un asiento donde estudiar, sacos sus notas e intentó centrarse en ellas, pero su mente estaba en otro lado. Mientras pensaba, pasaba sus dedos lentamente por sus labios, lo hacía inconsciente pero estaba realmente disfrutándolo, empezó ella misma a sobarse el cuello y luego entre los muslos, se auto-engañaba garabateando algunas cosas en su cuaderno con las manos, pero con la otra se estaba excitando, no podía dejar de pensar en cómo se besaban y que harían después, imaginaba a sus ex parejas sexuales haciéndole lo mismo a ella y llevándola a hacer las cosas más perversas a uno de los salones, deseaba estar en ese mismo momento tendida ante alguien que le estimulara todos los sentidos.
Un muchacho, pasando como si nada al frente de ella, se dio cuenta de sus movimientos lentos pero sensuales, la curiosidad y la timidez del joven le jugaron un dilema pero se quedó estupefacto viéndola unos segundos, sin embargo, Emily se percató de su presencia, interrumpió de golpe su jugueteo, lo miró fijamente con ira, como si la acabaran de despertar del mejor sueño de su vida. El muchacho siguió su camino lentamente y la ira de Emily se convirtió rápidamente en vergüenza, recogió sus cosas y se fue rápidamente al baño, esperando que quizá, un poco de agua en la cara la haría volver en sí y bajaría su libido.
Entró al baño sin hacer mucho ruido, se echó agua en la cara y aprovechó para saciar otra necesidad, cerró la puerta del cubículo y cerró los ojos para tranquilizarse, cuando terminó, aguardó un momento para asegurarse que estaba controlada. Pero nada de eso funciono, su mente estaba totalmente poseída por el deseo, tenía imagines sexuales, su piel estaba erizada, sus pezones estaban totalmente erectos que le dolían por el roce de su franela, sentía el calor que emanaba entre sus piernas, estaba agitada y aunque siempre cargaba un abrigo, nunca había tanto calor a esa hora del día, no había servido seguir luchando contra el Eros.
Emily nunca había sentido ansias de tocarse en sitios, se tocaba con poca regularidad, pero algo ese día no podía aguantarse. Se encerró en un cubículo del baño, se bajó el jean y su braga, sin pensarlo mucho poso su mano sobre su sexo, sentía sus movimientos más lentos de los que los hacía, estaba entre las ansias de terminar rápido para seguir con su día o disfrutar infinitamente, su mano ya estaba toda húmeda, en el suelo ya caían gotas de su fechoría. Su corazón se aceleraba, no pudo más y no le importó si hubiese alguien, soltó gemidos ahogados, pero el último lo dejó fluir, había llegado a su primero orgasmo.
Pero Emily quería más, nunca había llegado tan rápido al orgasmo ella sola y mucho menos había quedado con ganas de más, le impresionaba el poco sentimiento de culpa de haber hecho eso en ese sitio. Después de su tercer orgasmo se dio cuenta que estaba en una posición muy incómoda, estaba parada, inclinada, con el jean por las pantorrillas y las bragas en las rodillas, con una mano se apoyaba en la pared, sus piernas temblaban a punto de ceder, además, habían llegado más muchachas al baño y sentía que iban a sospechar del tiempo que tenía ahí, aunque sólo habían pasado unos pocos minutos, ella sentía que había estado toda la mañana tocándose. Se llevó la mano a la boca para probar el premio de su lubricidad, sonrió y planeo otro encuentro con ella misma en un sitio similar. Libídine
Fuente de ambas imágenes en la publicación
La modelo es la actriz porno española, Amarna Miller.
Concurso patrocinado por @purapapita y @vicokiwi.
Reto a @valentinaaa a participar en el concurso.
Participando. Que señorita tan audaz jeje, éxito en el concurso
Gracias a ti por hacerlo :)
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muy muy bueno hermano, felicidades!
por aca te dejo el mio por si gustas leerlo.
https://steemit.com/concursolujuria/@renesalasvilla/primer-concurso-de-relatos-eroticos-papikiwi-07-01-2018
Genial, un voto y pues me encanta leer y los relatos eróticos ya sean reales, fantasía o inventados!