Hola Steemit
Les comparto Felisa, un cuento de mi ultimo libro "Solo estallan chanchos en Villa Insuperable"
()
Felisa es una señora de la tercera edad que con la aparicion de las redes sociales vislumbra la oportunidad de hacer realidad su sueño de ser amiga de su idolo ....Gustavo Santaolalla
Los papelnonos son grupos integrados mayormente por jubilados que construyen sus propios instrumentos de cartulina.
Con ellos simulan tocar de verdad y cumplen quizas su sueño no realizado de musicos.
Felisa es uno de ellos.
Sin mas los dejo con Felisa y espero que lo disfruten
FELISA
Invito a Santaolalla a ser mi amigo en Facebook
Me acepta
“Es un orgullo que me aceptes como amiga”, le escribo.
“Espero que este sea nada más que el comienzo de una hermosa amistad, saludos Felisa” agrego.
No me contesta nada.
“Tu música me transporta a lugares a los que jamás creí poder llegar”, le vuelvo a escribir dos días más tarde.
“Gustavo, ayer escuche la música de Secreto en la montaña, y llore de emoción”, le comento a la semana.
“Me gusta tanto como tocas el charango, que estoy pensando en vender mi saxo y comprarme uno ¿Me podrías recomendar algo bueno y barato?, pregunto si no es molestia, ya a un mes de ser amigos.
“¿Das clases? ¿Cuanto cobras la hora?, le vuelvo a escribir dos semanas más tarde sin perder las ilusiones de que al fin me conteste.
No hay noticias.
Llega el verano y sigo insistiendo. Le mando fotos de mis vacaciones en Santa Teresita, dos poemas y la receta de una salsa de cebollita que hacia mi tía.
“Se que estarás con mucho trabajo, discúlpame, solo quería saludarte, hoy se cumplen seis meses desde que somos amigos, sinceramente Felisa”, le digo con cariño.
“Te mando por este medio una grabación donde toco un paso doble y un foxtrot de mi autoría, espero que te gusten…” Otra pregunta: ¿Cuánto te parece que me pueden dar por mi saxo de cartulina?
No hay caso, no me contesta.
“Se que sos una persona generosa que le ha dado oportunidades a todo el mundo, ¿Qué posibilidades ves para mi música en Hollywood? Apreciaría tu sinceridad, siempre tuya, Felisa”
La respuesta no llega. Decido esperar. No aguanto más de dos semanas.
“Hola Gustavo, ¿Cómo estás?, ¿Tendrás el teléfono de Steven Spielberg? Te mando un vals que grabe la semana pasada, disculpa si hay algún chillido en la grabación, es que todavía no me acostumbro a los dientes postizos…”
“Querido Gustavo: Ayer se cumplió un año de nuestra amistad y nunca me contestaste. Evidentemente debo asumir que tenis tantos amigos, que poco te puedo importar yo. Pero quiero que sepas que te entiendo. No debe ser fácil manejar tanto reconocimiento y tener que darle bolilla a tanta gente que seguramente se te acerca solo por interés…quiero que sepas que no es mi caso.”
“Ayer vi Biutiful ¡¡Que música, sos el mejor!! teneme en cuenta para tu próximo disco, voy gratis…”, te quiere, Felisa.
“Gustavo, quería compartir con vos, esta gran noticia. Nos vamos de gira con los papelnonos de Macabi. Yo soy la solista en “Hello Dolly” y “Cuando los santos vienen marchando” ¿Algún consejo profesional?”
Llega el otoño. Yo sigo esperando. Le escribo
“Empieza la gira. 3 de Abril en un centro de jubilados de Pompeya, 5 de Abril en los Boy Scout de Parque Patricios, y el 7 cruzamos el Riachuelo, Sociedad de fomento de Valentín Alsina...”
Todo tiene su premio. Solo es cuestión de saber esperar. Un viernes glorioso me llega un mensaje de Gustavo:
“Saludos a todos desde Tokio. Bajo Fondo éxito total”.
“Con todo el respeto y la admiración que siento por vos dejame decirte que creo que tenemos distintas formas de entender la amistad. ¡¡¡ Yo me brindo entera, no siento lo mismo de tu parte…!!! “
“25 de Mayo, hoy es nuestro primer concierto en el cuartel de los bomberos de la Matanza. Estoy muy nerviosa temblando como una hoja. Vamos a tocar el himno y después van a servir pastelitos caseros, si puedo te guardo alguno”, le cuento.
“Gustavo, espero no te incomode la pregunta, ¿Vos que haces antes de tocar para no ponerte nervioso? Yo me tome dos copitas de anís antes de tocar el otro día y toque mejor que nunca, ¿No me hare drogadicta?”
Siento que lo nuestro es cuestión de tiempo. De a poco hay un cambio y por momentos me parece verlo al lado mío. Por eso me animo a invitarlo.
“El 9 de Julio vamos a tocar en el gimnasio de Barracas Central por el día de la independencia, sería un sueño que vinieras a tocar con nosotros una canción”, disculpa el atrevimiento, Felisa.
No me contesta, pero no me importa, a esta altura yo ya sé que él es así.
“Gustavo, estos días te siento más cerca que nunca. Ayer no más, me pareció verte en la parada del 92, ¿Qué lo tomas para a ir al mercado central?”
Nunca voy a olvidar aquel 9 de Julio. Había empanadas de carne picante, locro, carbonada y por lo menos diez damajuanas de vino. Comí y tome como si fuese mi último día. Pero lo mejor vino después. Mientras tocábamos la Marcha de San Lorenzo, se abrió la puerta del gimnasio y entro él, Gustavo Santaolalla con su charango en la mano. Estaba vestido como siempre, pantalón, remera y zapatillas negras. Se puso al lado mío, me dio un beso en la mejilla y empezó a tocar. De la emoción, me desmaye. Cuando desperté el ya se había ido. Nunca me contesto ninguno de los mensajes que le mande, pero el gesto de haber venido a tocar con nosotros, ya lo pinta cómo lo que es, un caballero. Es cierto como me dicen mis compañeros de los papelnonos, esa tarde tome de más y estaba bastante borracha. Pero les juro que es cierto. Aquel día Santaolalla toco conmigo.
Le agradecí
“Gustavo, ¿Cómo te puedo agradecer que hayas venido? Ayer fue el día más feliz de mi vida, te quiere, Felisa”
No me contesto, como siempre, nunca me contesta, yo ya sé como es el.
Jajaja muy bueno, me dio mucha ternura la señora
Todos somos un poco Felisa...