Ha trascurrido muchos años desde las apariciones de las primeras civilizaciones, miles de años se ha tardado en crear complejos conceptos de convivencias, se empezó a vivir en cuevas, luego los pequeños grupos, más tarde en jóvenes y primitivas formas de sociedad. El estado como se le conoce ha evolucionado y lo sigue haciendo, es la historia de la supervivencia y la conveniencia; ambas llevadas de la mano por el hombre, un ser pensante nacido bajo principios innegables, creador de este estado, de esos derechos que hoy en día son ley. Un pensador dijo una vez “El motor de la historia es la lucha de clases”, y es precisamente ese motor el que ha sido objeto de lucha, una lucha en donde ha tenido protagonismo la clase, la más desfavorecida de todas. En el pasado la esclavitud se manifestaba físicamente, el rey era dueño de la vida, pero como la vida evoluciona, los métodos de opresión igualmente se modernizan, y fue lo que llevo a transformar al esclavo en campesino, en donde no tenía voto en la tierra que trabajaba, no era dueño de eso y por ende, su esclavitud se afianzaba a medida de que el patrón se enriquecía de su vida expuesta bajo los pies de él. Más tarde un salto a la modernidad llevo al campesino en obrero, ahora tenía la tierra, pero no era dueño de lo que ella producía, un paradigma que llevo a crear alternativas de estado de derecho, alternativas en manejo de la riqueza y administración proporcional justa.
La eterna lucha, se lucha a diario; mientras exista el monopolio de la vida, esta se verá atada a ese monopolio, un verdadero estado de derecho debe manejar y saber controlar la situación para que la vida, lo más sagrado no se vea afectado en lo absoluto, debe de procurar el bien común, crear un presupuesto de estado que sea justo, equitativo, y de carácter unidireccional, que valla enmarcado en principios solidarios e incluyentes. Muchos personajes de la historia se han preocupado en manifestar lo que sería un estado perfecto, muchos han ideado complejas definiciones y han aportado piedras fundamentales en la creación de esas bases en la cuales se yerguen culturas enteras, naciones qué, adoptando otra forma alterna a la ya establecida mundialmente; se separan de la decadente y abismática situación por la cual están atravesando junto a su población. Dando una posible solución a esa lucha.
La evolución en la cual se ha establecido el estado y su derecho, ha sido muy notable desde el punto de vista trascendental, su historia y su idiosincrasia llevada de la mano por eventos de magnitudes cambiantes han hecho que hoy por hoy se halla creado un colchón entre el explotador y el explotado. Karl Marx dijo una vez “No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. La conciencia de la necesidad de tener una alternativa hacia una mejor vía para la integración, el bien común y la tan anhelada libertad.
La libertad consiste en poder participar libremente de los asuntos cotidianos del día a día, asuntos que se lleven a cabo en un país o estado, empero, si estos derechos son violentados, la libertad se ve afectada, lo cual llevaría a un desmejoramiento en la calidad de vida de la población afectada, el bien común se desmoronaría y solo existiría una mínima clase beneficiada de ello
Las mayorías siempre han sido objeto de explotaciones y humillaciones por parte de pequeños sectores que dominan el poder, poder que se utiliza para conseguir más poder; el “bien común” se convierte en un “privilegio no muy común”, Si una sociedad o estado quiere ser objetivamente libre, antes debe ser subjetivamente capaz de hacer valer su libertad, la esclavitud antigua se cambió por sueldos que te aprisiona más que una cadena, la cadena precisamente en lugar de romperse tan solo se alargó, y causa de ello es la dependencia menta que la misma población oprimida manifiesta cada día en un intento ya biológicamente errado en volver a sus orígenes de cautiverio.
En definitiva, la participación social es necesaria para el bien común. El bien común es necesario para un estado de derecho óptimo, un estado de derecho óptimo es necesario para una cada vez mejor calidad de vida. Una vida que estuvo, está y estará enmarcada en una incesante lucha por la sobrevivencia, supervivencia y el justo trato por parte de unos iguales que a fuerza de exportación se creen más iguales.
Si hay un estado. El pueblo somos sus borregos.
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