La herramienta más importante de toda nuestra vida

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Los seres humanos desde el momento en que nacimos logramos comunicar nuestras emociones a través de nuestros gestos o llanto cuando teníamos hambre o sed, dolor o incomodidad. Con el crecimiento y desarrollo de nuestras habilidades motoras aprendimos por la repetición y la asociación de las palabras a generar sonidos que expresaran nuestra pensamiento, pero es importante destacar que el desarrollo de esta capacidad es el resultado de querer ser escuchados, atendidos, entendidos, valorados y así lograr una conexión con quiénes nos rodean. Nuestra primera necesidad siempre ha sido comunicar para sobrevivir.

Las personas son seres sociales, siempre estamos interactuando, transmitiendo información que a nuestro parecer vale la pena compartir pues de esa comunicación esperamos una respuesta o acción oportuna; Todo el avance mundial y tecnológico no se hubiera logrado sin comunicarnos.

Un texto antiguo de El Libro Sagrado cuanta la historia de hombres que querían en su soberbia ser como Dios, y se unieron para crear una torre muy alta cuya cúspide debía llegar al cielo, pero Dios como castigo hizo que todos hablaran idiomas distintos y eso les impidió seguir con su ambición.

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Con esa breve historia les quiero mostrar la necesidad que tenemos de entendernos con nuestros semejantes para lograr cumplir una meta; Por tal razón es necesario tener en cuenta el valor de la comunicación efectiva, pues haciendo uso adecuado del lenguaje podemos alcanzar el éxito como resultado de nuestras palabras; pero la comunicación efectiva no es solo palabras es el ritmo, el tono, las pausas, velocidad con la que hablemos, al igual que los gestos, la mirada, la postura física y actitud parte esencial de toda comunicación para causar una buena o mala impresión.

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¿Quiénes necesitan hablar mejor y expresarse de forma elocuente logrando una comunicación efectiva para ver los resultados que queremos?

TODOS!... Sin lugar a dudas, todos los que tenemos la capacidad de escuchar y hablar podemos hacer que el uso correcto de las palabras transforme nuestro entorno de manera positiva.