La disciplina es proporcional a nuestras ganas de lograr nuestros objetivos; y el camino directo hacia ella es concienciar sobre lo que necesitamos y lo que no, sobre lo que nos beneficia y lo que no, porque sólo mediante el entendimiento de esto nuestra mente dejará de ver la disciplina como una obligación, y nos permitirá adoptar "hábitos" con los que nos sentiremos cómodos.
Gracias por compartir esta publicación ¡Es genial!
Exacto! La clave es encontrar un objetivo que nos despierte suficientes ganas y nos aporte suficientes beneficios que no lo veamos como una obligación. Que veamos el resultado a largo plazo y lo deseemos con todas nuestras fuerzas!
Me alegro mucho que te guste el post! :)