En la adolescencia el ser humano debería empezar a controlar sus emociones y se empieza a desarrollar la emoción principal que es el amor; el amor de pareja y de amistad aun cuando en la niñez ya logramos conseguir algunos amigos y hasta algunos amores o ilusiones, es en la adolescencia cuando entendemos el verdadero significado de estas palabras.
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Por otro lado, para el adolescente es muy importante tener amigos, ser popular, admirado y querido, etc. Si esto no ocurre y si no se tiene una base fundamental de buenos valores y principios la cual solo se adquiere en el hogar por parte de sus padres ya sea que estén juntos o separados, el adolescente puede caer en depresiones, desarrollar tendencias suicidas e, incluso, conductas agresivas o delictivas
Los que supimos superar de la forma más sana esta etapa, nos damos cuenta que con el pasar del tiempo vamos enriqueciéndonos como ser humano con cada experiencia que vamos superando a lo largo de la vida y después de haber superado situaciones buenas, malas, alegres, tristes siento que existen 4 leyes fundamentales para poder continuar nuestro camino de la forma más saludable posible y estas leyes no solo aplican para los adolescentes porque todavía existen muchas personas en la edad adulta que quizás necesiten internalizarlo para poder soltar y superar cualquier situación determinada.
Quiero comentar que estas cuatro leyes que voy a describir me funcionaron muy bien cuando aprendí a internalizarlas y cuando coincidían con hechos que iban pasando por mi vida, quizás usted no las necesite porque siente que su vida siempre ha sido maravillosa, por eso lo dejo a criterio de cada quien.
Primera Ley de vida:
LA PERSONA QUE LLEGA ES LA PERSONA CORRECTA, es decir que nadie llega a nuestras vida por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.
Segunda Ley de vida:
LO QUE SUCEDE ES LA UNICA COSA QUE PODIA HABER SUCEDIDO, nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni si quiera el detalle más insignificante. No existe el “Si hubiera hecho tal cosa, hubiera sucedido tal otra…”. No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. A parte de que estoy segura que el tiempo de Dios es perfecto y que cada cosa que pasa es conforme a su voluntad. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.
Tercera ley de Vida:
Esta ley está un poco relacionada con la anterior ya que es que CUALQUIER MOMENTO QUE COMIENCE ES EL MOMENTO CORRECTO, todo comienza en el momento indicado. Ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuándo comenzará.
Cuarta Ley de Vida:
CUANDO ALGO TERMINA, TERMINA. Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.
Pero lo más importante de todo esto y no lo considero una ley sino un don es entender que lo más valioso en la vida es AFERRARNOS A DIOS, ante cualquier circunstancia o condición debemos hablar con Dios y agradecerle lo bueno o lo malo, lo cierto o incierto, confiarle nuestra vida porque recuerden que la última palabra la tiene el.
Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llegó a sus vidas hoy; es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae en el lugar equivocado.