Me he mantenido al margen del tema, pues no estoy muy de acuerdo pero comprendo las preocupaciones, sin embargo las ideas se me avientan en las sienes, y con esta pregunta de un un artículo del NYTimes ya no pude más: "¿Por qué en América Latina no ha habido una cascada de denuncias de acoso sexual como la de #metoo en Estados Unidos y otros países…?"
No puedo hablar por todo América Latina, pero sí de México. Dejando de lado que en USA el movimiento para mi gusto deja mucho qué desear (Oprah amiguísima de Weinstein), la realidad de México, es muy diferente; desde lo cultural, hasta el asunto más grave que es el de la seguridad. Siento que con estos hashtags estamos banalizando un tema que en México debería ser de gran preocupación.
Se habla de machismo, de feminicidios, de levantones, de acosos violentos. Sin embargo creo que con esos términos están queriendo tapar el problema base: la inseguridad. Perdón pero el homicidio es ilegal, el rapto y secuestro también son ilegales, el acoso es un delito, puedes presentar órdenes de restricción. Existe un marco legal, no es que necesitemos de nuevo una constitución que incluya a las mujeres, como si este fuera un país donde la mujer goza del mismo un status social y legal que el de una maleta ¿Entonces? El problema de raíz es la impunidad, la corrupción y la normalización de la ilegalidad. No hay un sistema penal en el cual confiar.
Andrea Noel, la periodista a quien le levantaron el vestido y le bajaron los calzones en plena calle, como broma para un programa de televisión, sufrió un calvario para denunciar tal abuso. Y cómo el muchachito era de una televisora grande, ya se imaginarán. Se tuvo que salir del país un rato. Además de los twits que recibió (que entre que eran broma y provocación, es lo mismo, lo hacen porque creen o saben que no les va a pasar absolutamente nada).
El conductor de Televisa Juárez acosa deliberadamente a su compañera y le toca un seno, y obvio se molesta. Ergo a ella la corren por escandalosa. La gente se quejó y salió un “comunicado” diciendo que todo había sido un “stage” para hacer conciencia del acoso. Pura mentira.
La sobrecargo que denunció acoso sexual e intento de violación por parte del capitán, fue víctima de los “analistas de lenguaje corporal” de redes sociales con doctorado en las cuatro temporadas de Lie To Me, que la descalificaron porque, no sé, supongo no lloraba bien del lado izquierdo.
Eso es solo algunos de los que son públicos y grabados. Hay evidencia. No son secretos a voces.
En México se empezó el hashtag #Yotambién pero se debatía entre la osadía, la victimización, el sentido común y la ridícula idea de que los hombres tenían que enunciar sus pecados pseudo- misóginos. Luego el de #Notecalles que invitaba a hacer la denuncia, pero las mujeres no querían exponerse al público , lo que querían era la seguridad de que sus quejas o denuncias tuvieran un final satisfactorio, no que sus experiencias engrosaran el largo listado de twits o que generaran, acaso un centenar de rts. Al final era lo mismo, caer en el abismo del anonimato genérico, (si bien les iba).
Además está la agravante de que la situación económica no está como para que te corran del trabajo así como así. Y si como antecedente, sale que eres “una persona problemática” ¿quién te va a querer contratar después? Hay gente que ha peleado con garras y dientes su puesto o lugar, y nadie le garantiza un respaldo si denuncia, con el argumento de que tristemente también las hay que se aprovechan de la situación (que sí las hay, pero con un poco de investigación saldría a luz el engaño).
Quieren educar, quieren denunciar, pero si el susodicho está fuerte (bien parado) en la empresa, tiene un amigo narco, policía (que en este país casi todos conocen a uno, o a alguno que conozca a uno), es probable que no se llegue ni a la denuncia. No hay "obediencia, acatamiento y subordinación" (como reza el artículo), tampoco es un asunto de valentía o de arrojo, es un asunto de supervivencia, porque bien decían en una clase de derecho: en México los que van y sufren la cárcel de verdad (no la de suites y arraigos domiciliarios) son los pobres, los pendejos y los pobres pendejos. Y las mujeres aguerridas, se hacen de medios para hacer valer su justicia o mantener su sanidad.
El problema de la impunidad ha crecido con el mismo problema del abuso de poder, el narcotráfico y negocios ilegales adyacentes (tráfico de personas, lavado de dinero, tráfico de influencias) ¿Cómo puedes educar a esa gente, si no tiene sentimiento de culpa o empatía y sin consecuencias punitivas por sus actos? No puedes. Es quererse vendar los ojos con la idea de que “en México educamos machitos”, cuando en realidad educamos delincuentes, tanto hombres como mujeres, no hay distinción.
¿Por qué en México “no han caído y ningún político, empresario, cineasta o funcionario cultural ha perdido su cargo por acoso”? Dice el artículo. Porque caerían Televisa (sobretodo) y TV Azteca enteras (hay reportajes de gente que denunciaba que las bailarinas y bailarines en los programas eran en realidad broshures de chicas y chicos a escoger para entretenimiento personal), y eso no va a pasar (a menos que la gente deje de ver la tele, y aun así encontrarán la forma de meterse en todos las casas y en la educación básica con sus programas).
Es una cuestión de evolución y expansión en la delincuencia. Y cuando ya ha llegado a altas esferas del poder (esferas porque son como burbujas e intocables), ya se nos escapó de las manos. Por ejemplo se dice que nuestra primera dama (actriz de contrato Televisa), fue en realidad un acuerdo de tipo mercantil y ella fue la elegida de entre tantas candidatas (no creo que haya sido por su inmejorable labor altruista). Todo un show para hacer una pareja presidencial atractiva, carismática y televisable ¡Y funcionó! Lo mismo Anahí con el Gobernador de Chiapas y a Belinda que la andaban promoviendo con un candidato en Morelos (todos del PRI, por supuesto). Si se va repitiendo la fórmula, no nos queda más que dudar.
Kate del Castillo entrevistando al Chapo, y en resultado tenemos una glorificación del narco, la estigmatización de Sean Pen como villano y varios programas en Netflix.
¿Qué me dicen del clan Trevi-Andrade? Cuando se iba a exponer todo, a modo de disección quirúrgica, se separó ese apéndice y se le trató como a un elemento aislado, por separado (aun cuando el señor Sergio Andrade era uno de los compositores más prolíficos, reconocidos, amados y admirados). Al momento salieron valientes diciendo que esa era una práctica común en esos medios, pero los tiraron de a locos y a lo más que aspiraron es fungir como carne de cañón para las páginas del TVNotas.
Personas que denunciaron no existen más en el ambiente, y Gloria Trevi, sigue cantando. Hace poco incluso Catalina Navarro, una feminista de hueso colorado (y a quien eventualmente me gusta leer), tuvo la buena idea de nombrarla casi casi mujer del año. Con su canción de que es esposa de un narco y todo (dejando de lado lo fantástico e irreal de los sucesos ocurridos en el video).
Ahora bien, en el mundo del arte, todos saben quien es quien y quien se da con cual. Ejemplo de ello Conaculta o ahora la Secretaria de Cultura, es un nicho de favoritismos, (sino pregúntenle a cualquiera que no haya ganado el FONCA). De hecho la directora de la secretaria de cultura, María Cristina García, tuvo su gran escándalo al ser ella egresada en una escuelucha como diseñadora de interiores, habiendo cientos de doctorados en materia de arte, cultura, gestión, (o incluso administración de recursos o empresas culturales). Se dice que porque era la amante del pasado director. No lo sostengo, pero tampoco lo descarto.
No es tan simple como que son hombres contra mujeres, es pueblo contra pueblo. Conflicto de intereses y niveles de psicopatía y alcanzar las metas. Depredadores contra presas.
Entonces ¿En serio creen que mujeres como la primera dama tengan la alegre idea de anunciar un #metoo?
Contenido original para steemit de @mokamisschievous. La foto es de mi autoría (es el cintillo de símbolos iluminados arriba del asiento en el avión).
Estoy de acuerdo. Y es que, por supuesto que las mujeres merecen ser defendidas de los abusos, y por supuesto que sus victimarios deben pagar sus delitos, pero no porque se las deba separar del conjunto de la sociedad como proponen muchas corrientes, sino porque se las debe proteger como parte de ella, en Isonomía, en nombre de la Justicia y por el bien de la sociedad en conjunto.
Cierto, el día que vivamos en un mundo como el de la Mujer Maravilla, podemos pecar de ingenuas, como ella.
¡Saludos!
Muy buena reflexión sobre la situación del país y de sus ciudadanos (hombres y mujeres). Me hizo recordar el caso de Cuauhtémoc Gutiérrez y su red de prostitución, que quedó igualmente impune, o incluso el conjunto de asesinatos de quienes fueron denominadas "las muertas de Juárez" que llevó al uso del término "feminicidio" en México. Coincido en que no se puede comprender el problema, en el sentido específico de la afección a las mujeres, si no se habla del problema general de la impunidad y la ausencia de estado de derecho en el país.
¡Exacto! Bien dicho. Ahí esta ese infeliz de Cuauhtémoc. Su historia movió a reporteros que hicieron una investigación bastante decente (en medida de las posibilidades) y se llegaba a la conclusión de que en efecto el señor era un lenón (y que además evadía impuestos). Y el señor, sigue con su negocio y sigue en el PRI. Ya no hablemos de "las muertas de Juárez" que solo apilan cruces rosas, ni de los periodistas que siguen cayendo (que ese era otro tema que quería tratar después, pero la conclusión es la misma jajaja).
¡Saludos!