Recuerdo que en México también estaba esa "tradición", pero lo veía (en tiempos de mi papá) en el ambiente gubernamental burocrático, no tanto en las empresas privadas (a menos que el dueño fuera un señor ya de edad avanzada), sin embargo, se siguen viendo esos canastones en las tiendas de autoservicio, (aunque cada vez menos, si he de ser honesta). En lo personal de niña me chocaban, los dulces que traía eran incomibles para mi, y los enlatados también; cosas que en mi vida había oído que se comieran (así eran las cestas en la época de mi papá), con que le hubieran dado jamón serrano y queso, hubiéramos sido felices.
Lo que si no sabía era su historia (y la verdad nunca me dio curiosidad, hasta ahora que lo leo) y agradezco mucho el aporte. Otra cosa es lo del impuesto, no sé si aquí también se tenga que declarar los canastones (espero que no y que nadie de la oficina de Hacienda lea este post, pues se le vayan a ocurrir ideas, pues son unos abusivos).
¡Saludos y que disfrute mucho la cesta!