A él le gusta su nombre Félix.

Una vez conocí a un chico que me llamó mucho la atención. No, no de manera física, era por su manera de pensar, siempre veía su perfil e intentaba ignorarlo para no parecer una acosadora, pero en uno de esos días en que la soledad pega duro le escribí, tenía muchos nervios, pero lo hice, y fue lo mejor que pude hacer en mucho tiempo.

Estaba pasando por cosas difíciles, y él era una de esas personas que te devolvían las sonrisas cuando más la necesitabas, intentaba no darle mucha importancia, no quería encariñarme y salir dolida; ya había pasado por cosas así.

Él era una de las personas mas dulces y graciosas que había conocido. En breves palabras lo podría describir, pero no lo vale, él era inefable.

Era dulce y gracioso, sí. Pero también era una persona madura, seria, con metas e ilusiones. Era complicado y sencillo, pero admiraba su elocuencia.

¿Por qué tenía que ser tan cerrada con él? No se lo merecía.

Tenía miedo de que se volviera importante, pero aunque lo negara, él había sido una serendipia.

¿Saben algo? Yo solo buscaba a alguien para pasar el rato, hablar de hola y chao, pero con él fue diferente. Con él hablé de nuestras costumbres, de sus noviazgos, ¡hasta de su abuela! Y claro, de nuestras nacionalidades.

Él de Colombia, yo de Venezuela.

Un día le pregunté cómo le gustaría que lo llamara, tardó poco en responder, él solo dijo "¿sabes? Muchas personas me lo han preguntado, desde pequeño me lo cuestionaba, no me gustaba mi nombre. Pero luego me di cuenta de que era especial, era mío, y me gustaba"

¿Por qué a Félix le gustaba su nombre? ¿Por qué no era como todos? Pudo haber dicho muchas cosas, pero ahora que lo pienso, él no era como todos.

Nos comenzamos a recomendar cosas, yo le contaba mis anecdotas, él a mi las suyas. Parecía que estábamos conectados, y aunque a través de una pantalla no podía estar con él, era loco, porque juro haber sentido como se reía conmigo, a mi lado.

La parte de nuestra canción era "tu locura es mi ciencia", cosa que me tomé muy en serio, porque hasta el día de hoy escucho esa canción y lo recuerdo, y más cuando me reía de sus tonterías.

¿Qué hice para perder a un amigo así? ¿Por qué no valoré lo que antes tenía incondicionalmente?

Tenía miedo, creo que esa es la única explicación. Y no, no es de esos que se te quita tapándote hasta la cabeza con una sábana.

Era de esos que no te dejaban dormir, que te distraían de tus obligaciones, de los que hacía que te reclamaran por andar en las nubes.

Quería explicarselo, pero no creía que fuera posible, ¿y saben qué es lo peor? Que él me pidió perdon por algo que fue mi culpa.

Me pidió disculpas porque no le escribí más, fue una columna azul de vistos, fue mi culpa.

Le quería decir que dejara eso, que ya no lo hiciera, no lo valía, no lo merecía. Pero en el fondo no quería que dejara de hacerlo, porque sabía que si lo dejaba, ya lo perdería.

No sé cuanto tiempo ha pasado, pero hoy pude leer todo lo que él me escribió, y se despidió, ya lo hizo, ¿qué puedo hacer ahora?

¿Hice lo que quería? Creo que no, fui cobarde, y ahora me quedé sin amigo, y sin locura.

¿A qué quería llegar con esto? Creo que solo a decirles que cuiden a sus Félix, de esos no hay dos en la vida, aunque creo que él era el único de su clase.

Yo también te dije un te quiero real; y nunca se acabó, yo terminé con todo.