Importantísima la respuesta del hermano Soriano sobre cómo reconocer a un profeta en estos tiempos, hay que darse cuenta si lo que habla está conforme a la Palabra de Dios. Así que debemos estar mosca con lo que dice 2 Corintios 11:13-15 para poder reconocer a un falso ministro. Y la importancia del profeta de hoy día es que edifique, anime y consuele; como dice 1 Corintios 14:3. Entonces, según Juan 3:34, sabemos que el enviado de Dios siempre comunicará el mensaje que está conforme a la Palabra de Dios, no puede contradecirla.
El mismo Jesucristo, siendo el Hijo de Dios, habló la Palabra de Dios, nunca dijo nada que no le fuera dicho por Su Padre y nos exhortó a seguir su ejemplo. Deberíamos ser como la iglesia de Berea, atenta a escudriñar en la Biblia para verificar si lo que les decía Pablo era cierto y estaba escrito.
–Mi enseñanza no es mía –replicó Jesús– sino del que me envió. El que esté dispuesto a hacer la voluntad de Dios reconocerá si mi enseñanza proviene de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta. El que habla por cuenta propia busca su vanagloria; en cambio, el que busca glorificar al que lo envió es una person íntegra y sin doblez.
Juan 7:16-18 NVI
El canon bíblico se cerró con Pablo, es decir, que si alguien llegase profetizando cosas que entran en conlicto con lo que ya se escribió, sea anatema, dijo el apóstol. Los profetas bíblicos como Elías, Isaías, Ezequiel, Jeremías, etcétera; hablaron de parte de Dios y muchas profecías ya se cumplieron, otras faltan por cumplirse. Los profetas en la actualidad no pueden cambiar las profecías ya dadas por más bonitas que suenen, pero sí Palabra de Dios para edificar o advertir cosas de la cotidianidad.
Gracias una vez más, @HiroYamagishi, por la edificación del Cuerpo de Cristo. Que el Señor lo bendiga.
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