Todos los pecadores tienen la oportunidad de arrepentirse y venir a los pies de Jesucristo, de hecho, Dios no quiere la muerte del impío, sino que el impío se vuelva de su pecado. Dios ama a los pecadores, mas no al pecado; y lo demuestra retardando el día del juicio, dando tiempo para que más personas se arrepientan.
Esto no quiere decir que el pecador una vez haya sido perdonado puede seguir su vida pasada, si lo hace ya no hay más sacrificios por nuestros pecados, Jesucristo murió una vez por todas nuestras maldades.
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
Romanos 6:1-2
sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
Romanos 6:6-7
Las puertas de la Iglesia de Jesucristo deberían siempre estar abiertas para los asesinos y homosexuales, pues a esto fuimos llamados, a llevar el evangelio de Cristo a toda criatura para que sean bautizados con espíritu santo y reciban la salvación del Padre por medio de Su Hijo Jesús.
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