Un hombre estaba emocionado después de comprar un coche nuevo en el concesionario.

in #spanish3 days ago

Era su primera gran compra, un vehículo último modelo, lleno de gadgets y una pintura que relucía bajo el sol como si fuera un espejo. Sin embargo, su emoción no duró mucho. Apenas unos días después, regresó al concesionario con una queja bastante peculiar.

—¡Mi coche no funciona de noche! —exclamó, visiblemente frustrado.

El técnico del concesionario, un hombre experimentado que había oído toda clase de problemas con coches, lo miró con curiosidad.

—¿Qué quiere decir con que "no funciona de noche"? —preguntó mientras tomaba el llavero que el hombre le extendía.

—Pues eso mismo. De día todo bien, pero en cuanto cae el sol, no avanza.

Intrigado, el técnico decidió inspeccionar el coche de inmediato. Abrió la puerta, se sentó al volante y comenzó a probar. Encendió las luces primero, luego giró la llave. El motor arrancó sin problemas. Intentó hacerlo en el orden inverso: primero arrancó el motor y luego encendió las luces. Ningún inconveniente.

Después de varios minutos de pruebas, el técnico devolvió las llaves al hombre.

—Señor, su coche funciona perfectamente. Tal vez haya algún detalle que no puedo reproducir aquí. Si vuelve a fallar, tráigalo y, si no encontramos solución, lo cambiaremos por uno nuevo.

El hombre, un poco más tranquilo, aceptó la respuesta y se fue.

Unos días después, el hombre regresó al concesionario, esta vez aún más desesperado.

—¡Lo sabía! ¡Mi coche sigue sin funcionar de noche!

El técnico, decidido a resolver el problema, preguntó con calma:
—De acuerdo, señor, ¿puede describirme exactamente qué sucede cuando intenta conducir de noche?

—Bueno —dijo el hombre—, enciendo el motor, pero cuando piso el acelerador, el coche no se mueve. Simplemente hace ruido y no avanza.

Esto llamó la atención del técnico, quien decidió cambiar de estrategia.

—Está bien. Haremos algo diferente esta vez. ¿Le importaría mostrarme cómo lo conduce usted por la noche?

El hombre aceptó de inmediato, seguro de que el problema se haría evidente. Ambos se subieron al coche. El técnico tomó asiento en el copiloto mientras el hombre giraba la llave, encendía el motor y, con mucha seguridad, movía la palanca de cambios… ¡a la posición "N"!

El técnico observó incrédulo, intentando procesar lo que acababa de ver.

—Disculpe, ¿por qué ha puesto la palanca en "N"?

El hombre lo miró como si la pregunta fuera ridícula.

—Bueno, porque N es de noche, ¿no?

AAF40_e000002_00_20240926095613.png