A continuación, me gustaría contarles mi experiencia con este apagón que afectó a mi país, Venezuela. No fue una experiencia muy agradable, pero por lo menos para mí, hubieron buenos momentos.
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1º Apagón, Jueves 7.
Eran mas o menos las seis y media de la noche. Yo estaba en el centro de mi ciudad (Tucupita) , y acababa de llegar a mi casa con una tía mía. Estábamos en la computadora, en la página de Patria. Ella quería usar la opción de "ahorrar en Petros" y yo la estaba ayudando. Estábamos teniendo complicaciones, yo le sugerí que intentáramos más tarde, y en eso se fue la electricidad quedando todo en oscuridad.
-Ay mija, ¿y ahora? Me iré a oscuras y con esa humatana- Decía, ya que estaban quemando y había tanto humo que todo se veía blanquito. Esperamos un rato a ver si llegaba la electricidad, y nada que llegaba.-Bueno yo me voy a ir-Se despidió de la familia y se fue.
Yo quedé ayudando con la cocina a mi mamá, en medio de esa oscurana ya que solo teníamos una vela. Se hicieron las ocho, cenamos, y no llegaba la luz. Hacía un calor sofocante así que salimos afuera y nos sentamos. Pasamos un buen rato en familia. No habían mosquitos y eso era gracias al humo (que ya hacía como media hora que se había esfumado) además, el cielo estaba hermosamente BELLO. Nunca en mi vida había visto la noche tan bonita. Sin electricidad las estrellas se veían claramente, habían muchas, jamás había visto tantas y tan juntitas.
Todos admirábamos aquel bonito manto lleno de puntitos blancos; vimos las constelaciones, un avión (se veía como un puntito blanco moviéndose) e incluso dos rayas blancas del grosor de una estrella que pasaron a toda velocidad y desaparecieron. Mi papá dijo que eran rocas provenientes del espacio que al llegar a la atmósfera se quemaban. Era la primera vez que yo veía eso.
Estuvimos hasta las diez de la noche afuera, estaba tan sabrosa la brisa, tan fría y no queríamos meternos a la casa porque allí hacía calor. Me dio sueño, y antes de acostarme quería mirar el cielo un poco más. Como ya habían guardado las sillas y como ya me iba a ir me dio flojera de buscar una y me senté en el suelo.
-No te sientes ahí-Me dijo mi mamá-Esta oscuro y no sabes que se te puede subir.
Pero yo no le hize caso. Del sueño casi me quedo dormida allí sentada, entonces siento algo en mi brazo izquierdo. Me asusté. Agarré mi teléfono y alumbré a mi brazo, ¿y saben que tenía? Un "rosquillo" (gusano cortador o rosquilla) de esos gruesos :S
De un manotazo tiré ese insecto a solo Dios sabe dónde y me levanté del suelo, asqueada.
-Yo te lo dije-Mi mamá se estaba riendo-Ahorita se te sube una cucaracha.
Me fui traumada, a dormir. Le tengo asco a esos animales, y mas si son de los gruesos. Puaj. Una vez en la cama estuve pensando, ¿Por qué estará tardando tanto en llegar la electricidad? Si ya eran las doce de la madrugada, y nada. Y pensando me quedé dormida. Al día siguiente cuando desperté, aún no había llegado la electricidad. Como a las ocho de la mañana, me iba levantando de la cama y llegó la electricidad.
Aleluya, ya era hora.
Estuvimos mas o menos catorce horas sin electricidad. Después de eso todo transcurrió "normal" aunque no tanto, los servicios de telefonía estaban sin señal y no había internet (el cual, por cierto, llegó ese mismo día pero a las tres de la tarde. Lo que sí es que la señal de los teléfonos no llegó).
2º Apagón, Sábado 9.
Al día siguiente, yo estaba de lo más de relajada en Instagram. Acababa de publicar un dibujo y me estaba torturando viendo platos de comida (yo soy así jajaja). Cuando me dio mucha hambre dejé el celular y fui a cocinarme algo. Eran las diez de la mañana. Y se había ido la luz, otra vez, pero yo no me había dado cuenta. Lo descubrí fue cuando iba a prender la cocina, como es eléctrica y.... psss, ya saben.
El día anterior había leído las noticias. Me enteré que el apagón fue por un ataque (eso fue lo que entendí) también me enteré de la horripilante noticia de que una banda delictiva, aprovechando la oscuridad, le dejó una caja al CONAS (Comando Nacional Antiextorsion y Secuestro) con una cabeza humana en su interior, cosa que por lo menos, en mi pueblo, uno de los más tranquilos de Venezuela, nunca se había visto. Ese fue el tema que todo el pueblo hablaba.
Se hicieron las once, y estaba muy aburrida. Me puse a leer algunos libros intentando matar el rato, luego me puse a cocinar el almuerzo con mi mamá. Después de comer (mas o menos a la una de la tarde) nos fuimos a casa de mi abuela (como queda en el campo y siempre pega la brisa) estuvimos horas allí, conversando. También ayudamos a mi abuela seleccionando unos pescados. Como no había electricidad no teníamos como mantenerlos sin que se pudrieran, y no había suficiente sal para salarlos todos. Habían muchos pescados, y lamentablemente perdimos el 90% de ellos. Solo salvamos quince. Mi papá para salvar los pescados que quedaron arregló una planta eléctrica vieja que tenía mi abuela. Cuando terminamos nos fuimos a nuestra casa, como a las cuatro de la tarde.
Y no había llegado la electricidad. Fui al baño a lavarme el cabello, y cuando giro la perilla me encuentro con la sorpresa de que no hay agua. Sin electricidad, la bomba no iba a jalar agua para llenar nuevamente el tanque. Tuvimos que ir otra vez a casa de mi abuela, a buscar agua con unos baldes. Me bañé. Cocinamos temprano ( como a las cinco y media) y ya a las siete de la noche estábamos todos afuera cenando. La noche estaba aburrida, no estaba como el día anterior, hacía un inmenso calor y ni brisa había. Habían muchos mosquitos y las estrellas estaban opacadas ya que estaba nublado.
No quize quedarme ahí afuera, y me metí adentro con mi hermana (eran las siete y media). Conversamos y conversamos, hasta que se hicieron las nueve. Salimos afuera y el ambiente había cambiado un poco. El cielo estaba despejado, se veían las estrellas y hacía frío. Admiramos unos pocos minutos la noche, el cielo no estaba espectacular como el Jueves (ese día si que estaba todo hermoso) pero igual se veían bonitas las estrellas. Nos acostamos todos dormir.
A las once me desperté, por culpa de unos locos que estaban haciendo un cacerolazo e insultando a Maduro hasta por los codos. No me dormí sino a las doce de la madrugada con todo ese ruido. Me desperté a las ocho de la mañana, y aún no había llegado la electricidad. Desayuné una cantidad de comida reducida, ya que no quedaba mucha y sin electricidad no podíamos comprar nada, y tampoco teníamos dinero en efectivo. Al principio el apagón lo agarramos como juego, pero luego con el paso de las horas la cosa se puso seria. Nos íbamos quedando sin comida, no había agua y no teníamos como comprar alimentos...
Estuve aburrida toda la mañana, lo que generalmente hacía era estar en Instagram, Facebook... y sin electricidad, no hallaba que hacer. Tampoco podía matar el tiempo limpiando la casa o lavando los trastes porque no había agua. Se hicieron las doce del mediodía, pasé la mañana dibujando y leyendo algunos libros. Almorzé, y seguí leyendo y leyendo comiéndome todos esos libros que generalmente ignoro. Pasé toda la tarde un poco irritada, había un calor sofocante. Estuve escribiendo fábulas, cuentos, novelas cortas, y también redactando el presente texto que estás leyendo (jajaja pasaba algo y yo lo escribía).
Se hicieron las cuatro de la tarde, y no llegaba la luz. Yo deseaba bañarme, pero no podía porque no había agua. Ìbamos a buscar a casa de mi abuela, pero lamentablemente se le quemó la planta eléctrica. Ahora sí que nos habíamos fregado. Llevábamos más de treinta y cuatro horas sin electricidad. Mi mamá consiguió un balde de agua en casa de una vecina que tiene planta, y con una mínima cantidad de agua fue que me bañé. Era muy poca, y no quedé satisfecha. Igual tenía mucho calor. Leí un poco más antes de que oscureciera.
Ya de noche nos sentamos afuera (ya se nos hizo costumbre jajaja) el cielo estaba igual que ayer, no tan bonito como el Jueves (jamás olvidaré eso). Pasó como media hora y empezaron un cacerolazo, había bastante gente (y casi todos eran menores de edad solo habían como diez adultos entre treinta adolescentes) también iban a quemar cauchos pero la guardia les cayó encima y se dispersaron. Cuando pasó todo ese ruido me puse a ver las estrellas, y vi un avión. Y otro más, y me di cuenta de que esos dos "aviones" estaban volando demasiado cerca el uno del otro, que yo sepa eso no se puede hacer, debe haber cierta distancia, por precaución. No sé si era un avión o un satélite. Después vi otro más, pero del lado opuesto de donde estaban los que había visto. Ese me dejó pensativa porque hizo una pequeña explosión. Me dejó con la sospecha de que tal vez era una cámara y estaban tomando fotos, no sé, no me convence que no lo sea. Es raro. Después de eso no vi mas nada relevante.
Nos acostamos a las nueve, y me dormí rápido. A las once me desperté al sentir el ruido de los ventiladores; había llegado la electricidad. Me iba a levantar para poner a cargar mi celular pero el sueño no me dejó, me dormí otra vez, y me levanté a las ocho de la mañana. Salí corriendo a ver si había llegado el internet y la señal el celular, y efectivamente sí había llegado.
En conclusión, este apagón me a enseñado a valorar las cosas MÁS de lo que ya las valoraba. Esos momentos de presión cuando no había comida, ni agua ni dinero me han enseñado a no desperdiciar ni siquiera una gota de agua ( y a tener reservas, porque no se sabe que puede pasar) nunca me había pasado algo así, tanto tiempo sin electricidad. Y no me quiero imaginar como sería si aún no hubiera llegado. He aprendido que hay que estar preparado para todo.
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