En el jardín de niños, pocos sabían que Andrecito no tenía padres y que la señora bonita que lo traía era su tía, cuando salían al recreo, él se sentaba muy cerca del salón de maestros para que los otros niños no lo golpearan, al parecer era muy común que los niños pequeños se golpearan unos a otros desde muy temprana edad, pues ya había habido reportes de un niño de cinco años con un brazo quebrado y otro mas descalabrado, uno de los mas pequeños que había sido golpeado por los mas grandes, subió al techo y espero a que como de costumbre los bravucones ocuparan los mejores asientos debajo de un árbol que estaba muy pegado a la dirección, solo les dejó caer unos ladrillos rojos sobre la cabeza, uno de ellos tuvo que se hospitalizado, el otro alcanzó a meter un brazo, que resultó fracturado; en ese momento todo parecía muy aparatoso, pero unos cuantos días después, todo volvió a la normalidad, sólo que uno asistía con un brazo enyesado y otro con la cabeza vendada.
Ese día Andrés vio como el pequeño Eriberto escapaba por la parte posterior de la dirección y se incorporaba a la fila para recibir un jugo que un partido político estaba regalando en la escuela esos días, Andrés no dijo nada, sólo se acercó a recibir también su jugo, al verlo, Andrés solo sonrió, a partir de entonces esos dos comenzaron a ser amigos.
Pocos días después la directora organizó una junta con los padres de familia, les comentó que la violencia que los pequeños ven en sus casas, la reflejaban también en el jardín de niños; el último suceso que derramó el vaso, fue que dos niñas se pelearon estirándose de los cabellos, una le reclamaba a la otra donde se había metido todo el día, que tenía la casa hecha un desastre, y ella respondió que estaba loca, que no entendía porque le decía eso. La directora pidió a los padres que evitaran discutir delante de los niños, pues muchos de ellos decían palabras altisonantes…
Mientras la junta con los padres se alargaba, Andrés y Eriberto conversaban, resultó que habían nacido el mismo día y que querían celebrar juntos su quinto cumpleaños, Andrés estaba my feliz, no podía esperar a llegar a casa para comentárselo a su tía, pero al abrir la puerta de la casa se encontró con que su tío ya había regresado de trabajar, según creyó, lo que en realidad pasó es que ese día su tío fue despedido.
Esta historia continuará.
Fotografía e historia original
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Parte de la realidad que uno vive en el jardín de niños.. o como se dice aquí en el preescolar.. creo que la violencia que se ve en casa se refleja en cada lugar donde van los niños.. hay que ser conscientes de esto y permitirles a nuestros niños una vida más sana y llena de felicidad... Saludos
Es un aprendizaje por imitación, copian las conductas que observan de su modelos cercanos,
Totalmente de acuerdo... Y el primer aprendizaje que imitan son las conductas de los padres, por eso es que debemos ser un ejemplo a seguir