El día que murió mi abuelo materno, además de ser un día muy triste (obviamente), fue también uno que me dejó una gran historia que contar. Pero no es de la tristeza de la que quiero escribir hoy, sino todo lo contrario, quiero escribir sobre el amor.
Algunos se preguntarán “pero si comienzas hablando de la muerte, ¿Cómo es posible que tenga aquí cabida el amor?” Bueno, en esta historia, sí la tiene y mucho.
Esta historia es acerca de cómo dos personas llegaron a compenetrarse tanto que, ni la famosa frase “Hasta que la muerte los separe”, pudo con ellos.
Ese día jueves 19 de Julio de 2007, mi abuelo fue dado de alta del hospital ya que había vencido exitosamente una neumonía a sus 92 años. Recuerdo perfectamente haberle dicho “¡Abuelo, usted está mejor de salud que todos nosotros juntos!”.
Durante la estadía de mi abuelo en el hospital, mi abuela también estuvo hospitalizada. Ella, afectada por una enfermedad bastante desgraciada, estuvo un par de semanas internada pero, al igual que mi abuelo, logró mejorar y pudo ser dada de alta días antes que mi abuelo.
El día que mi abuelo llega a casa, luego de esos días en el hospital, nos dice a todos “Ahora, quiero morir tranquilo”. Por supuesto, ninguno de nosotros se lo tomó tan en serio, después de todo, acababa de salir del hospital con un diagnóstico bastante favorable y dicho por el mismo doctor, “ahora es que le queda vida a este señor”. Pensamos que quizás estaba cansado.
Lo cierto es que ese día decidió acostarse en su silla de descanso y cerró los ojos para no volverlos a abrir. ¡Que caprichoso! Dijimos cuando pensábamos lo hacía por necedad. Y es que Juan Escalona siempre fue así: un hombre con un carácter bastante fuerte, terco y decidido. De esos que siempre tienen la última palabra.
Pasaron solo 10 días, sábado 28 de Julio de 2007, para que mi abuelo se despidiera de este mundo. Pero todo lo dicho hasta aquí ha sido un preámbulo para llegar a lo bonito de esta historia, aunque hasta ahora no parezca.
Esa noche, mientras en la casa estaban mis tías y mi mamá bastante alteradas atendiendo la agonía de mi abuelo, yo estaba por los pasillos de la casa con mi sobrino en brazos tratando de aceptar lo que estaba pasando y por supuesto, tratando de proteger a un bebé de año y medio de la tristeza que se respiraba en casa. En uno de esos vaivenes que durante un buen rato mi cuerpo hacía por inercia, entro al cuarto donde permanecía mi abuela.
Pero antes de continuar, obligatoriamente debo hacer un paréntesis para explicar que mi abuela estaba padeciendo una enfermedad que por momentos hacía que se perdiera en sus pensamientos, en tiempo y espacio. No, no era Alzheimer. Era una especie de demencia momentánea provocada por una cirrosis hepática medicamentosa. Así que, ya sabiendo el estado de mi abuela, aquí es donde cobra sentido la historia que aquí les traigo.
Continúo...
Al entrar al cuarto de mi abuela, la veo en el mismo estado en el que últimamente se encontraba pero de repente se sienta en la cama y, en un momento de lucidez que ya extrañábamos, me dice “Hija, Juan acaba de morir. Vino a despedirse de mí… Mi amor se me fue”.
Presa de un susto, sorprendida y con una mezcla de emociones locas haciendo de las suyas en mí, salí corriendo, con Cristian aun en los brazos, al cuarto donde mi abuelo agonizaba y ahí, justo en el umbral de la puerta, mi mamá de dice “Tu abuelo murió”.
¿Cómo explicar esto si mi abuela no tenía idea de lo que estaba ocurriendo? ¿Cómo darle sentido a lo que la lógica simplemente te dice que no lo tiene?
Para mí esto si tiene mucho sentido. Y este se lo da el amor, la compenetración, la conexión de dos personas que duraron 70 años juntos.
Luego de eso, mi abuela no volvió en sí, ese momento de lucidez fue el último. Solo pasó un año casi exacto, un par de días menos, un par de días más, y mi abuela muere. Todos dicen que mi abuelo, vino por ella.
Lejos de ser triste, creo que es un hecho de amor. Estuve leyendo sobre la muerte de parejas, sobre todo ancianos, que mueren por días de diferencia incluso por horas. Muchos especialistas comentan que la dependencia, la soledad e incluso un “cerebro que no quiere seguir luchando para seguir viviendo” es lo que los lleva a morir después de verse sin su compañero de vida, de historias. Y si, esta puede ser la explicación fisiológica, pero estoy convencida que hay una espiritual.
Yo he contado muchas veces esta historia a amigos y nunca me cansaré de hacerlo. Lo que esa vez pudo entristecerme e incluso asustarme, ahora lo veo como una demostración de que el amor existe y de que ni la muerte puede ni podrá con él.
María Martina Escalona y Juan Escalona… Mis queridos abuelos.
Este es un relato en homenaje a mi abuelo que hoy cumple 11 años de haber fallecido. A ti abuelo, gracias por todo y sobre todo, por aquellos “Dios te bendiga, te ampare y te favorezca” que me pronunciaste en vida y en sueños.
Mi abuelo yo
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Muy bonita la historia y triste.. pero si eso suele pasar cuando el ser humano esta a punto de partir tienen la facilidad de ver a los que y no están en este plano. Incluso se dice que, el alma sabe cuando ha de partir y es capaz de esperar hasta por alguien para despedirse.
Hace un tiempo, un tío murio y en su agonia pocos dias antes de morir le dijo a su madrina una señora ya de edad, estab viendo a su padrino osea el esposo de mu madrina. a lo que ella respondió donde lo esta viendo... y el le respondió allí a tu lado..
Si, hay infinidad de relatos como este que no tienen explicación lógica. Esta historia dejó de ser triste hace mucho tiempo cuando, como lo digo en el post, entendí que el amor está de por medio.
Saludos. Gracias por comentar @luz1111!
Hola, solo venimos a avisar que en este buen post estamos de fiesta porque...
Muy bonita historia oriana :'D
¡Graaaaaciaaas!... me emociona mucho verlos por aquí.
Sabes mis abuelos aún viven y me dieron unas ganas inmensas de salir corriendo y abrazarlos. Muy bueno tu post es un bonito homenaje a tu abuelo!
@garcleon88, no sabes lo mucho que me alegra que te haya provocado salir corriendo a abrazarlos. Por favor, NO DUDES NI UN SEGUNDO EN HACERLO. Aprovéchalos y hazles saber que son importantes en tu vida.
Gracias por comentar.
Sabes que yo suelo ser demasiado escéptico para muchas cosas con temáticas similares a la que acabas de narrar. Sin embargo, tengo que hacer una excepción en este caso. Yo no estoy seguro de qué habrá más allá de esta vida, ni de qué une los hilos del universo; pero sí estoy convencido de que el amor es algo que nos puede llegar a unir en un plano mayor al hormonal y físico. Que importante sería que todos pudiésemos compenetrarnos con alguien de la forma en que tus abuelos lo hicieron. Es algo que en mi opinión le da un sentido a la vida que difícilmente encontraremos en otras cosas.
Me alegra mucho que hayas compartido esta historia, es muy buena.
No es mentira cuando dicen que el amor todo lo puede. De no haber sido yo la que escucha a mi abuela decir lo que me dijo, justo en el momento que lo dijo, probablemente me hubiese costado creerlo. Ahorita, estoy muy agradecida de haber estado ahí para tener una buena historia que contar.
Gracias Jorge, siempre comentando cosas tan interesantes.
Un abrazo.
Siempre me gusta leerte, y más si son cosas tan conmovedoras como esta.
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@orianaalej es una historia hermosa, ciertamente el amor todo lo puede y esa es una prueba de ello.
¿Sabes? no sé por qué pero leí la historia y me gusta pensar en la historia de tus abuelos, como en una de Disney, así tal cual, de amor infinito y profundo.
¡Gracias por compartir!
¡Saludos, hermosa!
Liz, ahora que lo dices, creo que es muy acertado el comentario... es definitivamente una historia tan linda, que parece de cuento.
¡Muchísimas gracias por tan bonito comentario!
Un abrazo.