MATEO VARGAS, EL PATRIARCA, EL PROTAGONISTA

in #spanish6 years ago (edited)

Screenshot_20180930-090826-1 (1).png

En el barrio Las Tablitas de Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela, de hace más de 50 años, unas veces se escuchaba en cualquier amanecer el solitario y monótono canto de la pavita, y por las noches de luna clara el sonido clásico de una guitarra grande acompañando la melodiosa voz de unos jóvenes juglares. A muchos lo conoció la barriada, entre algunos de ellos: Juan Nieves, Agustín Ascanio y Antonio Tamiche. Lo hacían en la noche en el solar de la casa de Juan Nieves o en cualquier esquina, quienes además eran artífices en la fabricación de alpargatas. Con su voz surcaban el silencio de sus callejones solariegos que desembocan como unos riachuelos en la céntrica avenida Comercio. Desde aquel entonces en las entrañas del barrio existen unas arterias transversales que cuelgan desde la falda del puntiagudo cerro El Vigía, los callejones desde el principio fueron identificados por la nomenclatura municipal con números dígitos, desde el 1 hasta el 6.

En el callejón numero 2, casa numero 13 estableció familia el nombrado Mateo Vargas que casó con la joven Isidra Mendoza de Vargas. Aquí a Las Tablitas fue que un día llegó el joven larense y conoció a esta atractiva muchacha del barrio; muchas veces se quedaba mirándola, la encontró bien bonita, se hicieron novios y tiempo después la convirtió en su esposa, compartiendo la vida con ella durante toda su existencia terrenal. El patriarca Mateo Vargas era oriundo de Lara, específicamente de la ciudad de Barquisimeto capital del estado y del municipio Irribarren, donde llegó al mundo el 15 de mayo de 1934 en el seno de una familia muy humilde. Escogió a Villa de Cura como su pueblo de adopción. Aquí hizo la familia, los amigos, su presente y su futuro hasta la última etapa de su vida.

aaaafoto.jpg

La pareja procreó 6 hijos, 2 hembras y 4 varones: Carmen Alicia Vargas de Torres, Xiomara Josefina Vargas de Manzano, Eddy José Vargas Mendoza, Omar José Vargas Mendoza, Eduardo José Vargas Mendoza y Luis Alberto Vargas Mendoza. La familia vive en casa propia hacia lo alto del callejón, desde donde uno se asoma por la ventana o por el patio y puede contemplar las nubes y las estrellas haciendo su natural recorrido; y en frente, el cerro El Vigía con su peculiar aspecto. Desde entonces para acá la prole se ha multiplicado en 13 nietos, 5 hembras y 8 varones.

En cierta ocasión falleció un hijo en un accidente automovilístico, Eddy José Vargas Mendoza, quien para el momento se desempeñaba como concejal del municipio Zamora del estado Aragua. Esto fue el 30 de septiembre de 1989, lo cual causó natural desasosiego en la colectividad villacurana y en la familia, especialmente para la madre la que siempre “tiene una sonrisa para las alegrías y una lágrima para todos los dolores”; y produjo un desánimo en el espíritu del patriarca, pero igual la vida como una máquina sin detenerse seguía su giro. Y con ella los sueños, los triunfos y las derrotas.

Uno de sus hijos de nombre Luis Alberto Vargas, tuvo acceso a la educación superior de antes, aprovechado estudiante, tanto en los primeros grados como en bachillerato, fue favorecido por una de las becas internacionales del programa “Gran Mariscal de Ayacucho” del presidente Carlos Andrés Pérez, salió graduado de ingeniero petrolero. En los tiempos que corren se encuentra desempeñando su carrera y por ende residenciado hace unos cuantos años en Arabia Saudita. La mayor de las hembras, Carmen Alicia Vargas de Torres, es graduada de maestra normalista, ya jubilada, actualmente preside AMEJUP (Asociación Municipal de Educadores Jubilados y Pensionados de Zamora).

Mientras esto ocurría el amigo Mateo sigue su caminar cometiendo su trabajo de alpargatero. La vida principal del barrio y fuente de ocupación cotidiana en Las Tablitas de Villa de Cura, para la mayoría de la gente de la época era la fabricación de alpargatas, oficio que aprendió desde muy joven y la labor que le había tocado realizar toda su vida y que era su afán y rutina, para ganar el sustento y levantar una familia, trabajando desde que el sol comenzaba a alumbrar desde el poniente hasta la entrada del anochecer.

Montones de docenas de pares de alpargatas completamente terminadas acopiaba con otros operarios que trabajaban con él allá en el solar de su casa, cosiendo y pegando capelladas. Desde lejos en el silencio de la calle llegaba a nuestros oídos el fuerte y seco golpeo del martillo de madera sobre la suela, como el mazo del herrero sobre un yunque. De todas partes del centro y del llano solían visitarlo para comprarle parte de la producción del criollo calzado el cual era muy usual en aquella época.

Se dedicó exclusivamente al ramo de la alpargatería a su fabricación y comercio. Llegó un momento que Vargas siempre perseverante se encaramaba frente al volante de una vieja camioneta que había comprado para la brega, la cual le servía para la distribución del producto por algunos pueblos del llano; sus llantas entonces calentaban los caminos y carreteras de Calabozo, Valle de la Pascua, Chaguaramas, El Sombrero y otros pueblos intermedios, donde ya era conocido.

El paso del tiempo no había detenido el impulso de sus actividades, seguía firme en su trabajo hasta que la mano de la muerte despiadada, de manera repentina le tendió una celada en una carretera del estado Lara, el 10 de febrero de 1964, hace 55 años. Una vida todavía útil llena de proyectos. Mientras que todo el cuadro familiar queda desconsolado y ahogados en la tristeza.

La madre junto a sus hijos mayores comenzaron a vislumbrar la manera de cómo seguir luchando en la vida para lograr salir adelante y afortunadamente con esfuerzo propio ellos consiguen la meta. Doña Isidra Mendoza de Vargas, su viuda, había nacido en la ciudad de La Victoria, municipio José Félix Rivas del estado Aragua el 15 de mayo de 1934, fallece por causa natural el 14 de marzo de 2018 en su casa del sector Las Tablitas de Villa de Cura, ya estaba próxima a cumplir sus 84 años.

Lo fundamental en la vida no es simplemente lo que se hace, sino con que sacrificios se hacen las cosas para que la persona después de su despedida de esta vida sea tomada en cuenta sus múltiples facetas. Gracias a las gestiones de varias personas de la comunidad y por acuerdo de los miembros de la corporación edilicia se logra que el Concejo Municipal de aquella época presidido por el señor José Tomás Ojeda, tomando en cuenta sus dotes y virtudes ciudadanas, el callejón numero 1 de Las Tablitas fuera bautizado con el nombre de “CALLEJÓN MATEO VARGAS”, tal como se ha mantenido su nomenclatura hasta el día de hoy.

La Villa era diferente, ya el perímetro urbano de la barriada de las Tablitas había crecido, su desaparición dejó un hondo vacío en la comunidad donde era muy apreciado por sus apreciados dotes de ciudadano y de amigo, su sepelio constituyó una manifestación de dolor en toda la colectividad villacurana.

Fuentes:
Profesora Carmen Vargas de Torres
Señor Miguel Alayòn
Información oral que corre por el callejón del barrio

Fotos del álbum de la familia Vargas Torres Diagramación a cargo de la profesora María Teresa Fuenmayor (@sayury)

Localización

La Villa de San Luis, enero de 2019

Sort:  

Excelente post @oscaroef y @sayuri. Mateo Vargas sin duda fue un gran valuarte para el pueblo de Villa de Cura. Lastima que la modernidad y la urbanización de ese lugar haya acabado con parte de la antigua Villa de Cura...

Nuestro agradecimiento mas franco al amigo @maikelblogo por su oportuno comentario. Gracias