Me imagino al señor como a un anciano, y particularmente como El Abuelón (el abuelo de todos los abuelos de todos los abuelos) porque se refugia en las algas.
La historia es cándida, nostálgica, profunda (como el mar), repentina (como una ola inicia y se acaba) y circular, termina en el mismo silencio con el que comienza, aunque luego de haber hecho un descubrimiento, "que la tierra siempre gira, que la gente no se da cuenta de que está estancada y que se ríen de quienes se atreven a observar a la nada". No cualquier hallazgo (sólo habría que preguntarle a Saramago).
PD: la niña fue como el toque autobiográfico (¿No?).
PDD: la ilustración está genial, es submarina sin duda, como el hombre, más tritón que humano, azul y triste.
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Mira, no estaba familiarizada con la leyenda de El Abuelón, gracias por haberla mencionado, me pareció muy interesante y poética. Tus comentarios me ponen a pensar y los agradezco enormemente.
La niña fue mi intento de que los chamos que me estaban escuchando pudieran identificarse. Mi idea de el momento fue que ellos fueran los que se acostaran pensando cosas nuevas. Sin embargo, hay algo de mí en ella. :)
Saludos, Otto. Me encanta interactuar contigo por acá en Steemit.
¡Saludos! Seguimos leyéndonos.
PD: del Abuelón a Poseidón hay un salto nomás, pero yo prefiero al Abuelón porque está más cerca y no tiene una moral ambigua como el sujeto del tridente.
PDD: te admiro, yo nunca he podido escribir nada para niños, y no tiene caso traumarlos con lo que sí escribo.
PDDD: que los niños sean niños y no lean a Otto.