El transporte público es una amalgama de todo tipo de olores, colores y clases de personas, desde un ejecutivo que va tarde al trabajo, un estudiante con su bolso lleno de libros, hasta incluso un perro.
Hoy tuve que tomar un viaje de Guatire-Caracas, la ciudad de Guatire es una ciudad dormitorio, o satélite de Caracas, que se encuentra a unos 45 minutos de la Ciudad de las Furias.
Esta historia comienza con mi llegada al transporte público.
Al llegar al bus, veo dos oficiales de la Guardia del Pueblo, que se encargaban de revisar a todos los pasajeros de aquella unidad, llego abro mi bolso, un detector de metales que dudo que funcione roza todo mi cuerpo, y uno de los oficiales me revisa con sus manos, con si fuera sospechoso de algún crimen.
Subo al autobús, y lanzó una mirada rápida a todos los que en esa unidad viajan, es algo que acostumbro por seguridad, por costumbre, por paranoia, ya no estoy seguro. Tomó asiento justo detrás de la puerta, siempre trato de ubicarme cerca de las salidas, me hace sentir considerablemente más seguro.
Veo a un hombre acercarse a los Guardias, viste una camisa amarilla, un koala, pantalones blue-jean sucios y unas botas negras muy parecidas a la de los militares. Se acerca a los guardias, los saluda, le pasan el detector de metales que dudo que funcione por su cuerpo, pero esta vez los guardias no lo palpan, ni revisan exhaustivamente, ni siquiera se tomaron la molestia de abrir su Koala.
Aquel personaje, sube al Autobús, hecha una mirada rápida, y se sienta a mi lado. En la fracción del segundo que le tomó sentarse a mi lado, logre mirarlo de arriba a abajo y pensar "C$#o ya me van a robar"
El autobús se fue llenando lentamente, para cuando empezó el camino, aquel personaje comenzó a hablar quejándose del precio del pasaje, yo le seguia la corriente, pensando que si le seguía la corriente en el mejor de los casos desistiría de robar, o al menos de robarme.
En mi mente imaginaba todos los peores escenarios y como aquel posible malandro me podría robar, estaba nervioso y las manos me sudaban, pero no podía, hacerle saber a mi acompañante de mi temor, por lo que seguí el hilo conversacional.
Comenzamos hablando del alza del pasaje, lo caro de la vida, y lo "bonito" que era vivir en la Venezuela de antes, tan cercana, y tan distante. Comenzó a contarme sobre sus estudios de bachillerato, yo simplemente me concentraba en asentir con la cabeza y lanzar alguno que otro comentario.
Confesiones de un extraño
Puedo y podemos dudar de la veracidad de sus palabras, pero algo era evidente en aquel personaje, no respondía a lo que podemos definir por "normal". Me confesó que subía a Caracas a buscar unas líneas, o algo "pa´ inyectarse" Que no aguantaba la mente, "La mente es una vaina muy arrecha mano".
Las mangas largas de su camisa escondían sus brazos, pero tampoco le pedí que mostrara nada, para ese punto el seguía hablando, cuando me lanzo otra confesión que me haría atar todos los hilos, y entender un poco la vida de este extraño quien pensé yo que, asaltaría el autobús.
"Yo consumo desde carajito, primero pa´la joda, tu sabes, pa´proba y vaina, cosas de carajito. Cuando era un pelao´ me metí en la Armada, tu sabes que la tropa es mañosa y las mañas se pegan. Ya era cabo 2do, cuando por peos disiplinarios o me iba pa´frontera o me calaba mi cárcel.
Coño mano, yo hubiese sabido como era ese peo en la frontera y me quedo en mi cárcel tranquilito. Bueno mano, dos cursos y yo nos lanzamos ese peo para ese monte. Una vaina te voy a decir, esa vaina es bella mano, bella como no tienes ideas, el cielo está full de estrellas y la marihuana allí sabe diferente.
Un alférez me descubrió unos puntos que cargaba en el bolso, y pa´no echar paja(denunciar) me mando a montar su guardia en un islita que hay en el medio del río. 1 mes viejo, un mes tenia que estar alli. Haciendo guardia en esa torre con 5 soldados más.
Las noches eran largas, y la soledad le tuesta el coco a uno. Al principio disfrutaba ver las matas, los pájaros volar sobre las matas, ver a los caimanes a las tunitas, pescar y cocinar en la fogata. El ruido del río Arauca te hace dormir, pero a veces se crece y hay que estar pendiente, si no esa vaina te lleva y nadie te va a ir a buscar.
A veces saliamos a patrullar con el alférez, ir a patrullar es candela, pero logramos coronar las lucas, esos guerrilleros o los paracos siempre cargan plata y cuando llegamos de sorpresa dejan todo eso tirao, claro con la droga y la caña.
Bueno mano yo ya me estaba volviendo loco en esa garita, ya estaba obstinado de verdad, en ese mes consumi burda de droga mano, a veces escuchaba voces, en la noche y una vez pensé haber visto a alguien y le descargue un cartucho.
En la noche a lo lejos, se veían unas luces una vaina, en esa oscuridad y silencio una linterna se ve a kilómetros. Bueno nos parecia raro ver esas luces prendiendose en la noche, asi que salimos a dar una vuelta para ver.
Cuando llegamos vimos a 4 carajos vestidos de camuflaje, pero sin insignia, con M16, el alférez dió la voz de alto, cuando uno de ellos alzó su cañón contra el alférez , yo sali detras y me lo raspe.
Así cayeron los demás, porque estábamos escondidos en el monte, en ese caserío había una casa donde se escucharon algunos gritos durante el tiroteo.
Entramos, eran unas niñas, de como 15-16 años, mano; yo no quiero pensar que hacían esos 4 carajos con esas niñas, pero tu sabes como son los tipos. el alférez las vió y nos mandó a ir otra vez pa´la garita, mano no hice nada, me fui pa la garita como un bolsa.
Estuve 5 meses en frontera, cuando volví a Caracas pedí la baja, lo que me pagaron me lo gaste en droga, la plata que hice en la frontera me la gaste en droga mano, estuve internado, pero esa vaina te tuesta la mente viejo, el encierro, el silencio.
Yo ya estoy jodio mano, ya ni la droga me calla las voces, recuerdo ese día, todos los días, a veces sueño que mate al alférez, otras veces creo que me morí en aquella garita".
Hermosas palabras siempre es bueno encontrarnos con personas como tu que de algo que muchos piensan no es nada tu lo trasformes en algo que muchos decimos wao impresionante de verdad felicidades eres un orgullo.
Muchisimas gracias amigo. Muy inspiradoras tus palabras, de verdad las aprecio muchisimo!
Steem On
Fantástico hermano. De verdad que admiro tus escritos. Buen trabajo!!
Muchas Gracias !
Yo ya estoy jodio mano, ya ni la droga me calla las voces, recuerdo ese día, todos los días, a veces sueño que mate al alférez, otras veces creo que me morí en aquella garita"
Me encanta tu forma de contar las cosas, gracias por compartir. El equipo Cervantes apoyando el contenido de calidad.
Gracias ! el Equipo Cervantes es un ejemplo a seguir !
Los medio de transportes y las estaciones son un verdadero veril para recoger historias y contarlas; solo hay que tener los ojos bien abiertos y el cerebro atento.
Exacto! solo hay que estar atento para encontrar historias extraordinarias entre lo aparentemente ordinario
Excelente historia, vacila entre la realidad y la ficción, pero me gustaría creer que fue realidad. Sirve de inspiración para crear una historia totalmente nueva o desde otro punto de vista.
Ganaste un nuevo seguidor! Si puedes pásate por mi perfil y revisa la historia que publiqué, seguro te gustará. Un abrazo.
Con gusto le hechare un vistazo! muchas gracias !
jajajaja que loquera mano ese chamo la droga ya lo tenia tostado excelente historia
Personajes del transporte público, muy pintorescos.
" Hasta incluso un perro" JAJAJAJAJAJAJAJA. Saludos
"Subo al autobús, y lanzó una mirada rápida a todos los que en esa unidad viajan, es algo que acostumbro por seguridad, por costumbre, por paranoia, ya no estoy seguro." la realidad de muchos jaja, me gustó tu relato, circunstancias que no pasan todos los días
Excelente historia, saludos.