¿Era un viejo? ¿Era un niño? (relato original)

in #spanish7 years ago (edited)

Los gemelos.

Mann era mejor propulsor que Henry, desde luego, Henry también podía lograrlo, pero descubrió que servía mejor como recipiente. Propulsor-Recipiente fueron palabras que adoptaron los gemelos para poder explicar la función de su juego favorito. Mann podía recordar con claridad cuando lo intentaron por primera vez y en las semanas que siguieron de la desaparición de Henry, estuvo enfrascado en intentar recordar el cómo lo hicieron. Fue en una tarde de finales de mayo, quizás unos seis meses atrás, afuera llovía y Henry llegó a la sala, mientras Mann veía la lluvia en el cristal de la ventana. Sentándose y diciendo:
—Crea una imagen para mí – La excitación arremolinándose detrás de sus ojos castaños.
—¿Una imagen?—Preguntó Mann
—Sí, sí. Los gemelos tienen un hilo conductor, una especie de intercambio de pensamientos, lo leí.
—Eso no es posible Henry.
Pero de todas formas, con una esperanza a lo fantástico, estuvieron arrodillados uno frente al otro toda la tarde. No sucedió nada.
—Es que nos falta práctica, es todo— Dijo Henry.
Así que, aunque Henry lo olvidó, por las noches antes de dormir Mann se convenció en la imposibilidad y mirando a su hermano bajo las sábanas intentaba inyectarle imágenes. Pasaron meses sin que aconteciera nada, ni un vistazo ocasional, hasta que Mann podía ver claramente la imagen formada en su propia mente, perfeccionándola, claro, esto tardaba toda la noche. Amasando como una cera la helada la figura.
—Eran dos globos!
Cuando Henry lo dijo, Mann casi gritó de alegría. No podía creerlo. Lo había logrado. A partir de ese momento Mann intento enseñarle la técnica de modelar y hacer volar las figuras pero a Henry le costaba más tiempo y concentración. Aun así los pensamientos de los hermanos llegaron a tener una sincronía y una armonía perfectas… hasta la desaparición.
Fue un día gris y quizás Mann (se lo repitió muchas veces) no tuvo que hacer lo que hizo. Henry y él disfrutaban de los paisajes que Mann podía hacer desfilar a su pequeño hermano, moviéndose y mutándolos a su antojo. Una cascada podía transformarse en un hermoso prado con corceles blancos. Pero, como pequeña maldad, un juego, “Quizás no lo era tanto”, Mann empezó a hacer aparecer bestias y lugares tenebrosos para atormentar a Henry. Éste, al sentirse agobiado, hacia lo mismo en menor medida. Los campos se transmutaban en lugares negros con calaveras y huesos. Los corceles blancos traían triunfantes cuerpos degollados. Pero ese día Mann quería enseñar a su hermano a temer y parándose frente a él comenzó a formar la imagen de un pueblo frío y desalmado. Henry intentó contrarrestarlo pero Mann hizo algo que nunca había hecho. Utilizando la fuerza de su imagen… imaginó a Henry dentro. No como un visitante, sino como parte del paisaje.
Es todo lo que recuerda Mann. Años después lo olvidaría. Nadie podía recordar qué hubiera tenido un gemelo.

El viejo del lago congelado.

El viejo despertó en mitad de la noche. Le dolía todo el cuerpo gracias al tutor en la pierna derecha. Un regalo de la guerra. Se sirvió café y observó un rato la soledad de la noche tras su ventana. Se acercó, reflejándose. Su barba poblada, sus ojos amoratados de cansancio. Sólo soñaba con la guerra, la artillería y los gritos de dolor. Salió de la cabaña a la nieve. La brisa removía los copos que caían difuminando todo.
Le dolió el tutor. Cuarenta años era mucho tiempo. Pero entre la nieve evidenció la imagen de su hijo sosteniendo la mano de su madre. Ambos desaparecidos. En el lago puso un pie en la costra quebradiza y comenzó a andar. Del cielo surgieron unas luces azules, un azul profundo. Brochetazos de algún pintor.
Se arremolinaban en la noche, destellando.
Mientras caminaba se sintió cansado. Vio a sus amigos tendidos en la trincheras. Sus amigos desaparecidos por una explosión. Cayó en el lago congelado. Iba a morir.
Entonces recordó que una vez tuvo un hermano llamado Mann. ¿Lo tuvo? No podía recordarlo. Cuarenta años es mucho tiempo. La guerra. Era un viejo en la imaginación de un niño.. Lo había hecho Mann. Pero.. ¿y su esposa, y sus hijos?. Era un niño en la imaginación de un viejo.
¿Quién estaba muriendo? ¿El niño o él? ¿Él era el niño? Y toda su vida ¿Qué fue? ¿un sueño? Cerró los ojos. La nieve caía.
Entre las brumas un pequeño niño le llamaba Henry. Pero ese no era su nombre.
texture-2871393_1920.jpg

Fuente

Sort:  

que buena historia

Gracias, casi tan bueno como los tuyos

Magnífico, me encantó

Graias me alegro que te haya gustado. Un placer que me leas

muy bueno el relato, inicialmente creí que eran dos relatos separados.
sigue esforzándote por ser mucho mejor. bendiciones!

Muchas gracias, de hecho, gracias a los comentarios he mejorado muchisimo. Me alegro que te haya gustado la historia :)

excelente publicacion sigue compartiendo contenido de tan buena calidad. saludos

Claro. Muchas gracias por leer y el apoyo. Un saludo

Interesante relato, con una dosis de fantasía y realidad. Debes colocar tilde a la palabra hacía en esta oración "al sentirse agobiado, hacia lo mismo en menor medida" ya que es el pretérito imperfecto del verbo hacer y no la preposición.

Sí. Me alegro que te haya gustado y como siempre, gracias por las recomendaciones

Bastante interesante con un rollo Inception.

La verdad si, bueno uno a veces toma una idea que cree original y mira que ya ha sido utilizada. Un placer que me leas y te haya gustado, un saludo