Gerardo Nicolas Guerra Reyes (Venezolano) Caracas 1965
Los ojos son la fuente cristalina del alma.
Son las ventanas por donde penetra la luz.
Son la mirada acusadora que ven lo bueno y lo malo.
Cuando se va un amor, se desbordan sus cauces.
Secando el corazón y apagando su luz.
Tú esperaste durante mucho tiempo,
que mi amor por ti creciera.
Como crece el retño del árbol caído
que cada día crece más y más...
Y luego por juego del destino
o por azar de la vida
se rompieron las ataduras
que ligaban nuestras vidas.
Tú buscaste otro amor,
teniendo uno ya y dejaste el amor conocido
por experimenta con el nuevo.
Como escoger una pieza de vestir
y probarse a ver si queda bien al cuerpo.
Tú prometiste lealtad hasta la muerte;
y fuiste rompiendo tu propio honor
y tu propia promesa de amor.
Pero te vas queriendo el viejo amor
y tu orgullo de mujer gallarda,
no permite tu regreso por venganza al viejo amor.
Orgullo que destruye lo bueno
y se alimente lo malo.
Orgullo que podemos destruir
y sin embargo nos gusta estar dominados,
por las bajas pasiones.
Para mi era una fábula, el pensar
que del amor podí nacer del odio
y me toco la triste experiencia
de ser odiado por la mujer
que una vez me profesó amor.
Espero que lo disfrutes, ¡nos leemos en el futuro!