Porque las cosas toman sentido e importancia... Gracias a los momentos.
Momentos alegres que se guardan en ese rincón especial de tu cerebro, y que nada ni nadie podría remover, ni un bisturí, ni una pinza, ni hilo y aguja. Son momentos que nacieron para permanecer eternamente en tu historia.
Hace unos meses, viví uno de esos mágicos momentos, teniendo una salida con mi familia a un lindo parque de la ciudad. Había sol, demasiado, cosa particular de donde vengo. Entonces, miramos alrededor buscando el mas grande árbol para sentarnos y escondernos bajo su sombra.
Ya ellas lo habían encontrado.
Como siempre, esas mujeres se las arreglaban para ir un paso adelante de mi, pero soy una persona a la cual se le facilita seguir el ritmo de otros cuando se lo propone.
Nos sentamos, platicamos, y obviamente yo les tomé fotos, sin comisiones más que abrazos y amor de su parte.
Interactuando y pasando un rato cálido con mi gente, con personas que amo.
Este árbol se volvió para mí, el mas grande, importante, y especial árbol que podría haber en cualquier parque o bosque, pues fue en este árbol donde pude compartir con mi familia que estaba próxima a separarse.
Mi madre que siempre ha tenido que dar la cara por mi familia, se iba a ir a donde vive hace 12 años, Portugal.
Ellas no lo sabían, pero yo estaba muy sensible al respecto, pues mi oportunidad para compartir con mi madre es tan escasa como ver estrellas fugaces, uno debe aprovechar esos pequeños viajes u oportunidades.
Y ellas le dieron luz a mi día.
Se les hizo muy sencillo lograr esta tarea, se montaron en el árbol donde estábamos descansando y comenzaron a decir tonterias que me sacaban risas y sonrisas... Por muy tonterías que fueran.
Era mi familia la que yo veía frente a mi, que me sonreía y me hacía saber, que no todo es tan malo como yo lo tenía plasmado en mi pesimista cabeza.
Margarita.
Pura inocencia, curiosidad, e intensidad amorosa. Está es la forma perfecta de describir a mi pequeña sobrina, a la cual siempre me ve y siempre me trata como si fuese su héroe, mirándome con esos ojos llenos de asombro y de dicha.
Cosa particular de los niños, obvio fue la primera en salir corriendo al árbol para hacer alguna travesura, pero también fue la primera en acobardarse de montarse en ese alto árbol.
Es una niña que le tengo demasiado aprecio, y una con la que puedo hablar de cualquier estupidez que pase por mi cabeza por muy profunda y compleja sea para ella, seas arregla para responderme.
Detrás de ella sale corriendo este personaje tan importante en mi vida y en mi crecimiento.
Gisemar.
Mi madre, la cual desde joven fue mi mejor amiga, la que me ha impulsado a realizar cualquier locura, y la que llenó de valentía a margarita para escalar ese árbol.
Tiene esta sonrisa tan pura y genuina, no oculta nada, tampoco modifica sus reacciones, solo es como es, y se siente feliz con ello, al igual que yo por tenerla de ejemplo.
Una guerrera desde la punta de los pies hasta la cabeza, ha sido tumbada numerosas veces, pero esto no hace más que darle coraje para levantarse y ser más y más fuerte.
Luego con una sonrisa de descubrimiento, como si encontrara a un grupo de personas con los cuales hacer este tipo de cosas y sentirse dentro de ellos... Estaba ella.
Rosalie.
El amor de mi vida. Mi nueva mejor amiga. Mi más grande apoyo... Me sobran títulos que ponerle a este mágico individuo, que no ha hecho más que demostrarme día y noche lo mucho que me ama y me valora.
Quedó impactada con los impulsos de mi sobrina y de mi madre, pero no dudó ni un poco en unirse a la aventura. Es una mujer decidida, con mucha fuerza de voluntad, y con un alma sensible y hermosa.
No tardamos ni un día de estar juntos, en que yo la abrazara, y me sintiera en mi hogar, aunque estuviese a kilómetros de él.
El destino la puso frente a mi más de una ocasión, fue gracias a su insistencia y a la mía que llegamos a este punto de la partida... En donde sabemos que encontramos a un verdadero amigo.
Uno irremplazable, un compañero de vida.
Si... Fue solo un árbol, fue solo un momento.
Pero eso bastó para convertir ese lugar, es uno de mis más especiales lugares. Ya que ahí es donde junté a los seres que amo.
Mi árbol familiar. Mi amor genealógico.
Espero que hayan sentido un poco de calidez y de mi ma al leer estas palabras al desnudo que tengo de mi familia, suelo ponerme más emocional que de costumbre.
Las fotos son de mi autoría y fueron tomadas con una Nikon D80.
Si tienes algún lugar especial como el mío, me gustaría leerte y saber tu historia.
Un abrazo azul para tí, de mi portafolio.