La poesía no tiene por qué decirnos algo, y el saber esto nos deja en claro la inutilidad de buscarle significado a cada verso, de cada poema que se nos cruce... muchos no nos dirán nada, y ello no disminuye su valor, ya que su superficie es la parte más extensa de ella misma, y el ejercicio del quehacer poético, no es más que la búsqueda de una estética en el lenguaje. Aunque un poema cuyo contenido nos haga reflexionar o nos conmueva, hace también de este parte de su estética.