Es lamentable lo que se vive en Venezuela, justo hoy pasé por la Plaza de armas de mi ciudad y compré unas empanadas con un vaso de tizana (muy sabroso por cierto), pero conversé con aquellos chicos, uno es economista y el otro administrador de empresas, ambos con posgrado. Pude notar su frustración en sus palabras, pero sólo puede darles ánimos porque no se rinden, quizás otras personas ya hubieran tirado la toalla, y les expresé mi admiración. No hay palabras para mitgar su dolor, solo ruego a Dios que todo esto pase.
Gracias por tus deseos Rachel., espero q cuando todo esto pase la mayoría decida volver. Yo por lo pronto sigo aquí ;)