Recuerdos, a veces no son más que dagas que se nos clavan en el alma con el simple echo de cerrar los ojos, pues en ellos están todos nuestros errores, nuestros fracasos y nuestras penas, pero que seríamos nosotros sin los recuerdos? no hay que olvidarlos sino aprender a vivir con el dolor que algunos de ellos transmitan porque de errores y recuerdo es que estamos echos.