Y es que la responsabilidad es la consecuencia directa de la libertad. No se es responsable de lo que no se puede elegir, pero el que puede no tiene de otra que ser responsable.
En esto no hay elección, es una realidad. Se puede vivir en negación o se pueda asumir valiente y equilibradamente.
Eso por supuesto no me ata a sentirme mal por ellos para siempre, pero debo saber que están allí, comprenderlos y entender que no debemos justificarnos (aunque si es lícito conocer el contexto en el que lo hicimos para no juzgarnos excesivamente). El resultado de eso es aprender, tambien aceptar las consecuencias, pero finalmente, paz interior.