No existe nada que pueda matar un sueño, es imposible. Cuando somos capaces de luchar teniendo como armas la fe, la esperanza, el amor y la bendición de Dios, son cuatros cosas que nos inspira, a pesar de lo fuerte que sea la batalla.
La fe es la convicción de lo que creo en Dios para convertirme en poseedor de sus promesas. Las escrituras nos dice, Salmo 60:12 (en Dios haremos proezas) y Josué 1:8,9 (harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien, esfuérzate y sé valiente porque Dios estará contigo donde estés).
La esperanza, un estado de quietud donde podrás pensar, relajarte, descansar en los brazos de Dios, para no perder el norte de tu vida ni la dirección de lo que quieres con ella, veremos con claridad los grandes logros aunque la batalla sea fuerte, Salmo 46:10 (Estad quieto, conocerás que soy Dios), Salmo 23:5 (Aderezas mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores), esto nos ayuda aprender a esperar en Dios.
El amor, una palabra clave y la mayor de las tres según 1 Corintios 13, con el amor podemos perdonar, conquistar, vencer y saltar los grandes obstáculos de la vida, cubriremos multitudes de pecado y tener misericordia. Comprender a los demás y entregarnos para el servicio a favor de alguien. Por el amor conocimos a Dios, Juan 3:16 y entendimos que antes de amarlo a Él, Él nos amó a nosotros primero.
La bendición de Dios son los beneficios de Él por la simple razón de tener la fe, la esperanza y el amor. Queriendo decir que nuestros sueños, nada ni nadie los podrá matar, porque somos especiales, grandes y conquistadores.
Son cuatros palabras que nos ayudan a creer, a confiar y a entender que en Dios todo es posible.
Dios está contigo!.
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