Con este tema quizás me desahogaré un poco, pues son muchas las sensaciones positivas y negativas que uno siente cuando está lejos de su tierra, su familia, sus amigos, sus costumbres.
Desde pequeño, estuve en una familia muy unida y amplia, donde mis abuelos maternos junto a mi mamá fueron principalmente los que se encargaron de mi crianza, mi padre por motivos que aun desconozco, nunca vivió conmigo. Aproximadamente a los 15 años, mi madre decide cambiar de ciudad, pues ya mis abuelos habían fallecido y quería dar un cambio a nuestras vidas. Yo nunca estuve de acuerdo en esa idea, pero poco podía hacer, con esa edad no decidía nada. No fue fácil para mi, ya que era dejar mi casa de toda la vida y todo lo que me rodeaba.
En ese nuevo pueblo estuve viviendo casi 3 años completos, pero si hubiese dependido de mi realmente, solo 1 día me hubiese quedado. Era lo más aburrido que se podrán imaginar, no porque era zona rural, sino porque yo estaba acostumbrado a la ciudad. En fin, traté de buscar algo que hacer aparte de los estudios. Por aquel entonces ya tenía dentro mi vicio sano, la computación, pero sin querer conocí mi gran pasión, El Ajedrez. ¿Cómo fue esa historia con el ajedrez? Se los contaré en otro artículo.
Después de ese tiempo en aquel pueblo y ya con 18 años decidí cambiar de aires, porque sentía que me estaba estancando en aquel lugar. Hablé con mi madre y le comenté la idea de irme a vivir con mi tío a una pequeña ciudad algo más desarrollada y por ende con más perspectivas en todos los sentidos. Allí terminé mis estudios y comencé a trabajar a los 20 años como instructor de informática en una escuela, seguidamente pasé a un centro de computación, donde laboré aproximadamente 14 años hasta mi salida del país hacia México y seguidamente a USA que es donde vivo ahora.
Se habrán dado cuenta que primeramente fui un emigrado desde muy joven en mi propio país y después en otros 2 países más.
Es verdad que todos esos cambios ha sido complicados de asimilar, incluso pasó mucho tiempo para que yo abriera bien los ojos y me diera cuenta que gracias a mi madre, hoy estoy aquí formando una familia con mi adorada esposa. Todo comenzó con aquel primer cambio, cuando a contra de mi voluntad nos fuimos de mi ciudad natal.
Sin aquella idea de mi mamá, lo más seguro es que hoy yo no estaría donde estoy y no hubiese tenido todos los logros obtenidos hasta ahora. Pero aún, aún faltan muchas vueltas que dar en esta vida y muchos cambios que asimilar.
Amigos, no todo lo inesperado o lo nuevo es malo. Algunos cambios que al principio parecen malos podrían acabar siendo buenos. Solo, acepta la realidad, mira el futuro y concéntrate en lo positivo.
Saludos a todos.
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Es cierto, a muchos nos cuesta cambiar de ciudad, pueblo o país, simplemente por no querernos imaginar cómo sería nuestra vida en otro lugar, hacer nuevas amistades, trabajar en otra rama si no puedes encontrar acorde a lo que te graduaste, en fin, empezar de cero, ese es el problema,
Pero es como el dicho que tanto decimos: De los cobardes nada se ha escrito!
Si no hubieras pasado por todos esos transes, entonces nunca nos hubieras contado el cambio que ha dado tu vida y sobre todo, las tantas cosas que aún nos falta por leer de ti.
que lindo comentario amiga...gracias