Solo los que vivimos en Venezuela tenemos la “dicha” de soportar un verdadero trauma al momento de solicitar un trámite ante el ente encargado de procesar este documento.
Cuando estudiaba en la Universidad siempre existía una materia que se convertía en la desgracia de unos pocos, recuerdo el terror que algunos sentían al momento de inscribir “Prospección Sísmica”, era más probable ganar en la lotería que aprobar esa materia, todo dependía del humor con el que el profesor se levantara ese día y no con el esfuerzo realizado en el estudio de las clases, rememoro esto ya que hoy día puedo hacer una perfecta analogía con lo que sucede en el SAIME, ente encargado de proveer a los venezolanos de todos los documentos de identificación necesarios tanto nacional como internacionalmente.
No voy a explicar todo el proceso que estoicamente he aguantado esperando poder renovar mi pasaporte, puedo hacer referencia a que si cualquier mortal busca información en la página oficial del SAIME ofrecen decididamente un “servicio oportuno y expedito” cuestión que muy responsablemente desmiento. El tiempo invertido por mí en la espera de mis documentos sin pagos “extraordinarios” a intermediarios para poder tenerlos en mis manos seguirá prolongándose en tanto y cuanto existan funcionarios que (no sé si a propósito o no) no realizan el mínimo esfuerzo en solucionar situaciones como la mía y sé que como yo existen muchos compatriotas más.
Y preguntaran, si Venezuela es lo máximo porque un pasaporte para irse?
Porque a pesar de escuchar historias de desganos, tristezas, añoranzas y ganas de regresar a esta tierra bendita, también hay que analizar que existe un sistema de gobierno coercitivo que promueve antivalores que como padre me produce terror tener que criar a mis hijos bajo sus términos casi dictatoriales. Como les digo siempre a amigos que me preguntan; De Venezuela NO me quiero ir, pero me tengo que ir…
Por eso SAIME. Y el Pasaporte Pa’Cuando?
PD: (No voy a pagar los $ que me piden, no tengo pa´eso)