Mi casa, un lugar de tranquilidad por las noches pero muy ruidoso de día, debido al constante tránsito y peatones que circulan por la avenida. Cada mañana es normal escuchar personas conversando mientras caminan, el ruido de los camiones que se trasladan, los autobuses que circulan dejando su particular humo por donde pasan, el sonido de los carros ya casi descompuestos por la falta y altos costos de los repuestos y el bullicio de las motos a toda velocidad no se hacen esperar. Además se escuchan las cornetas a todo volumen de los vecinos que siempre oyen su música tan peculair, en realidad algunas son de mi agrado, la mayoría no. En fin, la zona donde vivo es totalmente ruidosa, algo a lo que me costó acostúmbrame cuando me mudé a éste lugar, pues soy de un pueblo donde los carros y camiones no circulan con tanta frecuencia como en la ciudad, pero al cabo de un tiempo mis oídos estaban adaptados al habitual alboroto de todos los días.
Cierto día me despierto haciendo mi acostumbrada rutina: Cepillarme los dientes y encender la cocina para hacer el café (mi vicio). Pero había algo que faltaba, un componente no estaba en su lugar. Me detuve por un momento a pensar qué era, salí al frente de la casa con vista a la avenida y noté el ingrediente que hacía falta, la ruidosa avenida estaba desolada, los peatones con sus conversaciones no estaban, el ruido de los camiones no se escuchaban, los carros estaban extintos, las motos silenciosas y las cornetas de los vecinos estaban apagadas, podía oír un profundo silencio, pero no un silencio de tranquilidad, era más parecido al silencio de la soledad, de la desesperanza, la nostalgia, el abandono, la tristeza. Era el mutismo de un país deprimido sin ganas de hablar, sin ánimos de trabajar o salir a la calle a buscar el pan. Me sentí tan triste que mi corazón no pudo contener las lágrimas al mirar el país donde vivo tan abatido por el abandono, la economía, la falta de valores, las constantes emigraciones del país, de sus habitantes en busca de una mejor calidad de vida y por la frialdad de aquellos que cada día luchan por conseguir alimento para su hogar.

No pude dejar de pensar en los días de mi niñez cuando los valores morales eran la principal norma de la familia, donde podía comprar con la mesada que me daban para la escuela, o cuando jugaba hasta altas horas de la noche en la calle sin correr peligro alguno. Recordaba esos días donde mi mamá me enseñaba que el caballero cedía el asiento en el bus a las damas, que las navidades eran alegres, felices y de perdón, los días donde podía reunir para comprar ropa, zapatos, golosinas y hasta podía ahorrar en el particular cochinito que luego en las navidades rompía para comprar fuegos artificiales. Lo comparé con la realidad que vivimos hoy y es difícil de entender cómo pasó de ser alegría a tanta tristeza, de estar en abundancia a no tener nada, de estar seguro a sentir inseguridad. Definitivamente el silencio de aquel día estaba ligado al grito de las personas tristes y deprimidas que deseaban retroceder el tiempo y quedarse allí.

El día en que escuché la afonía de mi avenida, comprendí que no podía irme de mi país, como es lo común, sin luchar antes por él, sin hacer el esfuerzo para que las personas sonrían, poder ayudarlos con alimento y sobre todo sin demostrarles el amor de Dios en nuestras vidas, ése amor que cada día nos impulsa a luchar por un mejor porvenir y nos hace confiar que Él nos sustentará con la diestra de su mano en medio de un país económicamente hundido. Lucharé junto a mi esposa @zuni para no volver a escuchar, como titula Alex Campos en una de sus canciones, el “Sonido del Silencio” en mi país Venezuela.

Fuente
En las calles de mi avenida
Y aunque suene a ironía
Nada de lo que escribo es mentira
Hoy siento tanta empatía
Por mi país que sufre tal caída
Y a través de estas rimas
Desahogo mi melancolía
Este post es escrito de un corazón afligido que quiere ver una nueva Venezuela llena de felicidad y alegría.

Con el favor de Dios volveremos a ser un día el país que fuimos!
Amén. Así será mi amada
Opino lo mismo, no puedo irme de mi país, y dejar todo como está.
Eso es así. A trabajar por Venezuela
Muy bueno. Que bueno tener en común esta pasión por nuestra amada nación vale la pena creer en sus niños e intentar levantar una nueva generación, aun cuando el costo sea alto.
Así es. Aunque lo que se venga a la vista de muchos no sea nada bueno, nosotros sabemos que en manos de Dios podemos ver la bendiciones