Latinoamérica es un subnombre
«Soy lo que dejaron,
soy toda la sobra de lo que te robaron.
Un pueblo escondido en la cima,
mi piel es de cuero por eso aguanta cualquier clima...»
Un nombre. Un nombre puede cursar el futuro de cualquiera, porque el nombre en sí mismo guarda los primeros rasgos de identidad, lo que te hará participar en el teatro de la existencia.
No importa cómo suena el nombre; si es largo o corto, no importa si es muy común y repetido, o raro; pero imagina que de pronto lo pierdes, ¿Puedes experimentar el sentimiento de vacío que tal cosa genera? También, puedes hacerte la idea de que el nombre es algo que puede ser robado o un objeto que puedas perder y que, en efecto, lo extravíes. Es que verdaderamente no importan las letras y sonidos que lo conforman. El nombre es la identidad, lo que nos une a nuestra raíz, lo que evoca el recuerdo de la voz materna. Así ha ocurrido con nuestro “nombre”. ¿Qué designa Latinoamérica? ¿Es solo una parte de América? ¿Por qué el resto del mundo concibe diferente a América y a Latinoamérica?
Como habitante de esta parte del mundo, he tenido que experimentar el sentimiento de orfandad "identitaria" que hay en esta región. Y este malestar, que me acompaña desde hace rato, no se habría generado hasta el día en que alguien se extrañó cuando le dije que yo soy americano. Sí, hemos perdido nuestro nombre, tenemos una identidad difuminada.
Para la mejor comprensión de lo voy a expresar, haré uso, muy en contra de casi toda mi voluntad, del término latinoamericano; solo por ahora, y no porque me moleste la etiqueta (de hecho de la manera en cómo la concibo me enorgullece), sino por lo que subyace, peyorativamente, en ella.
Al César lo que es del César y... se lo lleva la corriente.
A primer golpe, no me extrañaría que el tema pueda parecer banal, no te culpo si lo piensas, pero en realidad no lo es. Como estudioso de la lengua y la literatura me he enfrentado a diversidad de textos maravillosos y por supuesto, a los que competen a la región latina; donde pueden encontrarse un arsenal estupendo que refleja la impetuosidad de la naturaleza, olores, sabores. Líneas que hablan de personajes reales que parecen fantásticos y fantasías que se hacen pasar por realidades. Letras que hablan de pueblos escondidos, de ciudades enormes con una historia exquisita. Una región con “combustiones intestinas”, con una política aún infantil, beligerante a veces, pero que en el balance de las cuentas son más los creces.
Somos el único bloque territorial en el mundo que acerca, que aproxima a países con la misma lengua, y muy a pesar de las diferencias, que son propias del ejercicio lingüístico, de la naturaleza maravillosa y arbitraria de la lengua, somos capaces de entendernos perfectamente entre nosotros. Podemos leernos y asombrarnos de nuestros parecidos y regocijarnos en que a la vez somos muy diferentes. ¿Pero realmente somos un “bloque cohesionado”? No lo creo. De ser así, el término latinoamérica, solamente, debería referirse al conjunto de países en América que hablan lenguas derivadas del latín, o como bien nos lo enseñaron: romances; pero vamos, no es así.
Si somos tantos países, y consideramos la extensión territorial y sumamos la población, entonces deberíamos ser referidos desde afuera como América y usar el término Latinoamérica solo para enunciar a los países que hablan las mencionadas lenguas. Dice Eduardo Galeano en Las venas abiertas de América Latina que “Por el camino hasta perdimos el derecho de llamarnos americanos, aunque los haitianos y los cubanos ya habían asomado a la historia, como pueblos nuevos, un siglo antes de que los peregrinos de Mayflower se establecieran en las costas de Plymouth. Ahora América es, para el mundo, nada más que los Estados Unidos: nosotros habitamos a lo sumo, una sub América, una América de segunda clase, de nebulosa identificación.” Nunca estuve más de acuerdo con el señor Galeano, pero ahora que reflexiono, su libro debió llamarlo Las venas abiertas de América.
Somos otra parte bonita y la más grande de esta casa
No somos el patio trasero. Geográficamente, y mis amigos mexicanos estarán en acuerdo conmigo, México, Estados Unidos y Canadá constituyen el bloque norte, pero basta con que veamos las traducciones y subtítulos de las películas, las bitácoras de vuelo de los aviones que aterrizan en el continente, los libros que hablan sobre el occidente del mundo para darnos cuenta de que no se menciona a Canadá y a México como parte de norteamérica; la respuesta es categórica: No.
Y esto no pretende convertirse en una crítica a los Estados Unidos, un país increíble que ha dado tanto a la humanidad, también que le ha quitado pero esos son granos de otro costal; sino más bien una reafirmación del orgullo por su identidad. Ningún país pregona la dignidad de ser americano como lo hace los Estados Unidos, se han apropiado del estandarte del continente, pero solo porque lo hemos permitido. Sucede como cuando hay una riña entre los hermanos, lo que se ve en el televisor será lo que decida quien se apodere primero de control remoto. Y a ellos, nadie les ha reñido que cambien los canales cuantas veces quieran. Deberíamos aprender de ellos, o ¿es que no nos importa? Esto es una crítica para nosotros.
Identidad americana
Estoy seguro de que algunos de mis viejos profesores, de que mis nuevos compañeros, pensarán que estoy rozando la locura o construyendo un castillo de arena muy cerca de la orilla, perdiendo el tiempo; pero es algo que me ha incomodado y que debo compartir. De hecho, algunos de mis colegas se proclaman latinoamericanistas y yo les cuestiono, a veces, al respecto y no desisto hasta estar seguro de que aquello defendido, en realidad, sea más el deseo de resaltar los aportes de esta región del continente y no proponer, subconscientemente, un quiebre continental donde el norte es América y todo lo demás es Latinoamérica.
Tuve ocasión de “armar” el programa de estudios de Castellano y Literatura de dos niveles de la institución donde trabajo y me encontré con que el programa anterior se limitaba a muy pocas obras de autores latinos y que, por otro lado, en materias como Inglés, Alemán y Francés leían a escritores de esas tierras con bastante ahínco, sobre todo en inglés.
Mis primeros estudiantes me expresaron que preferían leer en inglés, que les gustaba más. No los culpo, hay excelente literatura anglo, pero también las hay castellanas y no se lo han enseñado. Realmente es nuestra culpa todo este problema de identidad, no es que no la hayamos tenido, es que nunca la reclamamos, hemos sido conformistas. Me propuse así, y aún lo sigo haciendo, pese a los vientos contrarios, a fomentar la identidad latinoamericana, pero solo de nombre, buscando filtrar, por cada resquicio que pueda, la idea de una sola América, donde caben los del norte, los del centro y los del sur. Que nuestros niños y jóvenes sepan de Whitman pero también de Rubén Darío y Neruda, que puedan hablar sobre Hemingway, Faulkner, King y también de Carpentier, Gallegos, Borges y Paz; de Poe y de Quiroga; todos americanos. Por supuesto, que conozcan también que se escribió sobre el Beowulf y que @cervantes nos enamoró de un hombre @don.quijote que, habiendo leído tantos libros de caballería, perdió la razón y escapó a su nueva realidad para combatir los males del mundo junto a su fiel escudero, y sobretodo, amigo @sancho.panza. Yo soy americano.
Fuentes:
1era imagen: http://www.gq.com.mx/bon-vivant/viajes/articulos/viajar-solo/7674
2da imagen: https://elpais.com/economia/2016/05/12/actualidad/1463060469_742040.html
3era imagen: https://www.google.co.ve/searchq=Latinoam%C3%A9rica&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwi
4ta imagen: http://www.reportero24.com/2014/06/15/eduardo-galeano-no-volveria-a-leer-las-venas-abiertas-de-america-latina/
5ta imagen: https://marjorie2tecnicoc.wordpress.com/2017/06/30/la-identidad-latinoamericana-y-la-politica-debate/
6ta imagen:http://elsacodelogro.blogspot.com/2014/12/
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También puedes revisar otras de mis publicaciones de poesía:
https://steemit.com/spanish/@rocoduran/nubes-en-la-despedida
https://steemit.com/spanish/@rocoduran/de-subito
Gracias por leer y llegar hasta aquí.
Un fraternal saludo para los amables integrantes del grupo de @mosqueteros.
Gracias a @Cervantes por su apoyo a toda la comunidad hispana, y a los que conforman tan grandioso equipo @velazquez, @frida.kahlo, @sancho.panza, @don.quijote y @simon.bolivar.
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Excelente post, Roberto. La latinidad nos vibra fuerte, pero estamos, como refieres, huérfanos de nombre. Creo que tiene un poco que ver con que el nombre de Estados Unidos es América. Y nosotros, latinos, hemos estado forzados a atender asuntos esenciales denuestra supervivencia. Sin duda es un tema del que se puede hablar largo rato. Saludos.
Gracias, Fafa. Sé que estoy peleando contra molinos de viento, pero no puedo evitar callarme. Por supuesto, la crítica es que Estados Unidos de América se denomina América y el resto tiene un pseudo nombre. Cuando mis colegas van a Estados Unidos dicen que van (o vienen de América), y no deja de incomodarme. Claro, el tema no acaba aquí, apenas estoy aportando una cucharada de azúcar a esta olla amarga de mezclote. Gracias por comentar. Saludos.
Excelente trabajo de reflexión y de crítica social, @rocoduran. Volveré por aquí cuando recupere mi poder de voto.
Aprovecho para decirte que te he retado:
https://steemit.com/steemitnamechallenge/@danapalooza/reto-origen-de-mi-username
Ooooook. Hola @danapalooza esto es un golpe bajo ja,ja,ja,ja si lees mi presentación sabrás por quéhttps://steemit.com/spanish/@rocoduran/tratese-de-un-intento-por-desfragmentarme-y-de-la-ardua-tarea-por-describirme Acepto el reto, dame chance de organizar cómo escribir sobre esto, porque mi nombre es bastante simple, y que pueda gustar. ¡ah! te espero para que cumplas tu promesa. Nos leemos y gracias por comentar.
Un gusto leer éste punto de vista. Entre muchas discusiones en mi antigua universidad se habló bastante de ésto... Es curioso porque incluso en Venezuela tenemos un conflicto de identidad. Quizás esa ausencia de sentimiento de pertenencia sea la que nos mantiene en el autosaboteo constante de nuestros hermanos. Una lucha invisible, como muchas otras..! Encantado de leerte Roco!
Gracias, Rafa. Así es, el problema de la identidad es de todo el bloque. Es por ello que ponemos más nuestra vista hacia afuera que hacia dentro.
Somos lo que somos y lo que hemos dejado de ser. Nuestra identidad es una materia pendiente. Saludos.
Así mismo, hermano. Una materia pendiente. Creo que nuestro problema de progreso tiene cimientes en otrora, no es un problema del "ahora". Saludos, broth. Te sigo. Vuelve pronto por acá.
No me parece correctos que cites "Las Venas Abiertas de América Latina" cuando el mismo autor dijo:
Fuente.
Fuente.
Es un libro que, me parece, fomente un odio sin sentido.
Hola @julioccoderoc, el asunto que compete no trata de si es correcto o no, sino de si es adecuado. Solo utlizo lo necesario para que el mensaje llegue, para despertar la conciencia crítica, como acaba de ocurrir contigo. En tal caso, al citarlo, no estoy aludiendo si estoy o no de acuerdo con la obra de Galeano, estoy diciendo que esa cita es, sin lugar a duda, adecuada para trabajar el tema de la identidad. Como lector crítico debes separarte un poco de lo emocional, observar y luego regresar. Mi texto llama a la unificación de la América, no del fomento del odio sin sentido, ni menos hacerle promoción al autor, pero "el sol no se tapa con un dedo". Gracias por comentar. :)