Toda decisión que tomamos, sea buena o mala, trae consigo sus consecuencias.
Consecuencia es una palabra que según lo investigado en internet “es de origen latín –consequi- que es un hecho o acontecimiento derivado o que resulta inevitable y forzosamente de otro”. El tiempo lo dice todo realmente, a medida que avanzamos en edad, dependiendo del grado de madures; y según las experiencias vividas y de acuerdo a las herramientas que tengamos a la mano y los consejos que nos hayan dado podremos concluir con decisiones acertadas, que nos dará gusto el haberlas tomado.
En la actualidad todos queremos evitar realizar decisiones que luego queramos arrepentirnos de haberlas tomado, ya sea una carrera universitaria, el esposo o esposa con la cual pasaré el resto de mi vida, una oportunidad de negocio que me dará los suficientes dividendos para gozar de muchos placeres, gustos que siempre quise; entre otros y la lista sigue y sigue.
Creo firmemente que desde muy temprano en nuestras vidas debemos enfocarnos en lo que verdaderamente importa y según lo que la biblia nos dice: “Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten.” (Mat. 6:33 TLA).
Por otro lado tenemos que el gran propósito de la existencia de los hombres es que “todos lo busquen y puedan encontrarlo. (Haciendo referencia a Dios) Aunque lo cierto es que no está lejos de nosotros” (Hch. 17:27 TLA).
La mayor parte de nosotros los seres humanos nos afanamos trabajando por la comida y el vestido que perece, por el agua de la cual volveremos a tener sed, entre otras cosas que ya nos hemos referido y, no digo que no sea necesaria todas estas cosas, ¡claro que sí! Sin embargo, tal preocupación muchas veces nos hacen perder de vista esa cercanía que deberíamos tener muy temprano en la mañana, diaria y constante con Jesús.
Con demasiada frecuencia tendemos a hacer de las cosas materiales el principal propósito de nuestra vida. Cristo quiere y desea que le demos a él ese primer lugar y en consecuencia irá transformando nuestras vidas cada vez que lo conozcamos un poco más cada día. Él nos asegura que las cosas más importantes y de menor importancia y menor valor serán dadas a cada uno de acuerdo a su necesidad.
“Habrá tres consecuencias de la cercanía con Jesús: la humildad, la felicidad y santidad” – Charles Spurgeon.
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