El primer impacto de granada en la casa donde habían pernoctado los últimos días resonó como el comienzo del fin. El grupo rebelde que comandaba el inspector Orlando Pérez estaba siendo atacado y las fuerzas exteriores que sitiaban el lugar se habían posicionado como una unidad para repeler un ataque de un ejército enemigo siendo ellos tan sólo un grupo de seis. En una acción de rompimiento de los muros el forcejeo de los pedazos de pared por desprenderse ocasionó que saltaran de manera errática y contundente, golpeando los cascos y uniformes de campaña de los policías llamados, por ahora, terroristas.
Sin embargo, él, aún creía que podía rendirse, entregarse y asumir las consecuencias de sus propuestas y actos. No le importaba ir a la cárcel si de esa manera lograba despertar a un pueblo adormecido y amaestrado.
Fiel a una época marcada por la inmediatez, la tecnología y las redes sociales, la inédita operación en los alrededores del kilómetro 16, en Los Ángeles del sector Araguaney de la urbanización El Remanzo se llevó minuto a minuto a través de las redes sociales, como si se tratara de una transmisión televisiva en vivo.
Desde muy temprano, la incursión de organismos de seguridad del Estado se regó por medios nacionales e internacionales, con las notas de pie de cada uno de quienes la reenviaban. Más temprano dijó Pérez, -“Aquí estamos, aquí nos encontramos, vivos y salvos, todo el equipo completo. Estamos en la carretera nueva de El Remanzo todo el equipo completo. Ahí viene gente del gobierno. Estamos rodeados. Hubo una fuga de información, pero la patria sigue”. Fue el primer mensaje enviado vía Instagram por el cabecilla de este grupo armado que se decía patriota y libertador.
Su comunicación con el exterior se dio gracias a su celular y a la escasa disposición de tiempo para hacerlo. Su proceder era torpe, apresurado y con miedo, la situación no le permitía más. Ya sabía lo que venía, no era tan tonto como para no darse cuenta; lo que no entendía es porque recién ahora se daba por enterado de quienes son sus adversarios. Había recibido un mensaje de alguien de afuera y necesitaba decirlo a pesar de que no cambiaría nada el destino de su grupo. En otro corto video, más como un desahogo que como una denuncia o advertencia, denuncia el futuro.
-“No quieren que nos entreguemos, nos quieren asesinar, nos los acaban de decir”.
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