“Las teorías sobre el cine, en conjunto, han eludido prácticamente la cuestión del sonido: unas veces dejándola de lado y otras tratándola como un terreno exclusivo y menor”. “En realidad, en la combinación audiovisual, una percepción influye en la otra y la transforma”. Chion, Michel. La Audiovision. Editions Nathan, Paris, 1993.
La música posee diversas características específicas, como lo son el tempo, el ritmo, la acentuación, el volumen, la altura, la disonancia y la consonancia. Además de los elementos de carácter armónico como, por ejemplo, la tonalidad. Tales características contribuyen a un lenguaje emocional que puede ser utilizado por artistas y compositores para comunicar emociones. Estos elementos estan siempre presentes en la música y se pueden enfatizar simultánea o alternativamente, ya que las relaciones entre los diferentes elementos musicales son las responsables de las emociones en el escucha. Puede también haber significados referenciales o extra musicales y las emociones musicales pueden cambiar entre diferentes lugares y tiempos de audición.
Muchos de los atributos que conforman un código emocional en la música son igualmente eficaces para comunicar las emociones por el tono de la voz. De esta manera nos damos cuenta de que los datos que necesitamos interpretar y comprender para que la música surta un efecto emocional en las personas, ya los conocemos porque estan presentes en nuestro código emocional al momento de comunicarnos oralmente, y que al transferirse a la música, los podemos interpretar de la misma manera.
Esta propiedad de transmisión emocional presente en la música ha sido aprovechada, no solo por esta misma, sino también por otras artes, generalmente visuales, que se apoyan en ella para brindar una experiencia más completa.
En este caso en particular se profundizara en la música y su relacion con el llamado “Séptimo arte”.
A la música, cuando es usada en películas, se le llama “Música Cinematográfica” y esta a su vez puede ser música incidental, si fue compuesta específicamente para complementar la película, o banda sonora, si son canciones de artistas seleccionadas para el mismo fin. Hay que hacer un énfasis en la diferencia entre estas dos clasificaciones, ya que generalmente suelen confundirse los términos por el hecho de que ambos provienen del inglés y no tienen una traducción concreta al español. En inglés “Score” es el término usado para la música incidental y “Soundtrack” es utilizado para la banda sonora.
Además de la diferencia semántica, hay también una gran diferencia técnica y es que, aunque ambas pueden ser usadas para lograr el mismo efecto, la música incidental es compuesta con un objetivo específico dentro del filme y tiene, al igual que la música clásica, una estructura concreta y un tema central que se repite a lo largo de la obra. En cambio una banda sonora está compuesta por canciones de cualquier artista, seleccionadas por el director para acompañar la película en ciertas partes, por lo que las canciones no suelen aparecer completas.
Además de esta, existen diversas formas de clasificar la música cinematográfica que serán explicadas a continuación:
Por su entorno de aplicación se puede decir que es música diegética o extradiegética.
Es diegética si dentro del guion o argumento de la película está justificada. Puede ser procedente de una fuente sugerida o presente en la acción que transcurre en la escena: una radio, un baile, un cantante, un instrumento musical o una orquesta tocando.
En cambio la música de ambientación o extradiegética es la que no participa de manera activa en el argumento de la película, pero constituye un decorado sonoro que enfatiza la intención dramática de las escenas y nos permite asignarles un significado emocional.
Por su actitud se clasifica en empática y anempática.
La empática es aquella que por sus características propias se contextualiza con el ambiente o las emociones sugeridas por la escena o por los personajes.
Y la música anempática es la que genera emociones que no concuerdan con lo que se está observando en la escena, pero al usarla no se pretende un contraste directo con la imagen, sino que se toma como referente algún elemento surgido de la escena para aderezarlo con la música, pero no el elemento principal de la secuencia, sino alguno accesorio o paralelo.
Por su función se puede ordenar de la siguiente manera: Función Referencial, Expresiva, Evocadora y Rítmica.
En la función referencial la música es utilizada de tal manera que permite recrear el ambiente y/o la época en la que se contextualiza la historia. Generalmente se usan géneros folclóricos y conocidos por los espectadores para que rápidamente la puedan asociar a una geografía o época específica. Esta función nos permite establecer una comunicación intelectual con el espectador, a quien se le da una información precisa. No se trata tanto de provocar emoción como de aportar un conocimiento.
La expresiva: Permite intensificar el sentido de una escena, acentuar el dramatismo o un estado de ánimo. Es considerada redundante, pero su objetivo es el de multiplicar el impacto o la fuerza con la que se transmite la emoción en la escena. Genera más terror, más amor, más dolor del que presentan imágenes y personajes.
La música es llamada evocadora cuando establece sensaciones o estados de ánimo que ni el dialogo ni la puesta en escena permite expresar de forma individual. Contribuye a complementar la narrativa y en este caso la música si puede asumir una función activa en el desarrollo de la escena o del filme.
Por ultimo esta la función rítmica: que permite dar movimiento a una escena o sección de la película, la dinamiza, otorgándole sensación de velocidad o lentitud según se requiera. Normalmente es usada para resumir una serie de eventos o un lapso de tiempo, ayudando así a mantener el ritmo de la película.
Finalmente se la cataloga como Integrada o no integrada dependiendo de su vinculación con la película. Si la obra musical está compuesta a partir de elementos argumentales presentes en el guion, y existe una estrecha conexión entre el desarrollo del argumento y el desarrollo de la obra musical, entonces será integrada. Es no integrada si fue compuesta a partir del criterio personal del compositor o director, partiendo de ideas generales sobre el filme. La gran diferencia entre la música no integrada y la que lo es radica en la imposibilidad de aplicar esta última en cualquier otra película sin perder su sentido.
En las películas también se utilizan obras musicales de duración breve que tienen la función de representar impresiones o sensaciones, facilitar un cambio de escena o representar la aparición de un elemento narrativo (un objeto, un personaje). Son llamadas “Leit Motif” y pueden ser derivadas o Independientes.
Cuando la obra se desarrolla a partir de los temas musicales presentados en la película, es derivada y sirve, además, para enlazar la música a lo largo de esta.
La obra será independiente si se desarrolla aparte del contexto musical de la película.
Sin embargo todas estas funciones y clasificaciones no figuraban en el ámbito musical del cine desde el inicio, si no que a través del paso del tiempo se fueron desarrollando.
Inicialmente la música en el cine, que en un principio fue mudo, se usaba para atraer a las personas a las salas de proyección y a la vez para cubrir el gran ruido que generaban los proyectores, con el objetivo de que fuera más agradable la visión de la película. La música generalmente era tocada por un piano o por una pequeña orquesta y era elegida en función de lo que estuviese ocurriendo en la película. Se usaron obras catalogadas por la cultura popular en diversos géneros, es decir, "música romántica", "música triste", entre otras. Con el pasar del tiempo las grandes salas de proyección que tenían más recursos económicos empezaron a pedir a compositores que crearan música más acorde a lo que ocurriera en la película y que enfatizara la acción en pantalla.
En 1908 Camile Saint–Saens crea la primera obra musical para ser usada específicamente en el cine, y ya terminando la década de 1920 surge el cine sonoro, donde el sonido estaba grabado dentro de la cinta. Esto generó que los estudios cinematográficos contrataran a sus propios compositores, directores e instrumentistas.
Al llegar la década de 1930 la música toma un papel verdaderamente importante y se empiezan a observar por primera vez las funciones que se le da hoy en día: enlazar escenas, describir personajes y recrear ambientes.
En 1940 se solucionan los problemas de sincronización y montaje entre el sonido e imágenes, y llegan músicos de otras áreas (música sinfónica, Opera) para trabajar en la industria del cine.
En la década de 1950 la principal y más importante novedad es el jazz, que se incorpora a las películas apareciendo generalmente en los créditos y tomando gran popularidad entre el público, generando que este se empiece a interesar en la música de las películas. Los estudios comenzaron a vender discos con la música de las películas y presionaban a los compositores para componer temas más simples y bailables.
En 1960, se retiran compositores consagrados de las décadas pasadas, dejando a nuevos compositores a cargo de las grandes producciones que caracterizaron el inicio de esta época. A finales de esta década surge una moda de colocar canciones populares sin que tuviesen relacion con la película, lo que generó que durante casi toda la década de 1970 ya no se contrataran tantos compositores.
En los años 80 una nueva tecnología invade el ámbito musical del cine: los sintetizadores. Una de las mayores ventajas de su uso fue el abaratamiento del presupuesto utilizado para contratar músicos que interpretasen las obras compuestas, ya que con los sintetizadores se podía imitar casi a la perfección los sonidos de los diversos instrumentos, además de tener más variedad de sonora que las orquestas tradicionales.
Desde 1990 hasta la actualidad se mantiene un equilibrio entre la utilización de bandas sonoras y música incidental, ambas toman importancia y relevancia gracias a grandes producciones que han sabido explotar las características de cada una.
La función de la música en el cine evoluciono y pasó de ser simplemente una distracción para cubrir el ruido generado por los proyectores, a representar un elemento tan importante que actualmente no se puede concebir una película sin música cinematográfica, que acompañe, enfatice y se adapte a las imágenes que percibimos. La música más allá de ser un elemento de adorno, forma tanta parte del cine y su lenguaje como la fotografía misma, ya que este es un arte audiovisual donde los elementos visuales y auditivos deben ser considerados un igual y trabajarse con la misma minuciosidad y profesionalidad.
Un trabajo muy completo de los que necesitamos ver más en Steemit, ojalápuedas poner fuentes académicas, muchas graciasy mucho Steem On!!
Sumamente agradable tu articulo. Soy actriz de cine y de teatro, y en cuanto a tèrminos era muy somero lo que hasta ahora conocia, es mas has confirmado mis sospechas en cuanto a materia de cine se trata. He estado en 8 cortometrajes y a veces quedo con sed de tener una musica mejor en el resultado final. Me has aportado una base para poder avanzar en esta exigencia, estoy muy agradecida!