La discusión en torno a la educación es muy amplia. Se admite que la educación es un proceso (y resultado de un proceso) de cambio y desarrollo, mediante el cual un individuo adquiere por sí mismo o ayudado por otros, formas y modos de ser, actuar, de vivir y pensar. Estas formas varían según los medios y fines, ideales o proyectos individuales o sociales que se proponen las personas en los diversos tiempos y sociedades.
La educación es un proceso de transformación del individuo en forma continua desde su nacimiento hasta su muerte, y ocurre de manera planificada o incidental, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia. Sin embargo, existe la creencia de que la educación ocurre en el individuo durante la etapa escolar, en la cual aprende todo aquello que necesita a lo largo de toda su vida. Al respecto Perkyn, citado por Marcano (2010:3) afirma…”en esta época donde la condiciones de vida son complejas y los cambios de vida son rápidos, se hace sentir la necesidad de un sistema de educación continua con sentido permanente”.
El proceso educativo implica diversas formas de interacción: docente-estudiante, estudiante – estudiante, estudiante – objeto de estudio. La educación tradicional ha hecho más hincapié en la interacción profesor – estudiante; sin embargo las recientes investigaciones han otorgado más importancia a las relaciones estudiante – estudiante dentro de un enfoque constructivista. “Se han reportado suficientes datos empíricos que muestran como las relaciones entre iguales favorece la construcción del conocimiento” (Cole, citado por Marcano 2010:3).
El nuevo paradigma sugiere cambiar la estructura de comunicación de la clase, abandonar el esquema tradicional relación entre maestro y el estudiante para establecer una red de interacciones, una red de relaciones entre los estudiante.
En el mismo orden de ideas, Cechini y Tomecci citado por Marcano (2010:4), plantean que se puede mejorar el rendimiento de todos los estudiantes cambiando el método de enseñanza, siendo el más adecuado aquel que se fundamente en la construcción de los conocimientos (en el sentido pretorio) en la motivación intrínseca con respecto al trabajo escolar y en la intensificación de la comunicación y las interacciones entre los estudiantes. Una metodología con tales características conlleva a una transformación de la relación profesor –estudiante.
fuente
Estoy de acuerdo en que aquellos métodos de enseñanza en el que los estudiantes interactuan con su profesor son más efectivos. Los docentes no sólo pueden ir y tratar de decir todo lo que saben en un salón de clases, deben interesarse en sus alumnos y hacer que ellos participen para que pueda ser efectiva su enseñanza. Excelente publicación!