Mujeres sentadas en los recovecos del tiempo
los rincones tiernos de la edad
Mujeres sometidas a la corrosión
de las miradas ácidas
de las amenazas susurradas
y rugidas
Mujeres de tierra y agua
palpitantes al primer silbido
de Adán
Los manzanos han desviado sus promesas
y las carretillas ya no toman
los senderos que llevan a los prados
Las cimas veladas se callan
para escuchar las águilas calvas que se afilan el pico
y las hormigas han detenido la caravana en la cresta de
las dunas doradas
Mujeres de cáñamo y hierbas locas
sometidas y vencidas a la primera sonrisa
de la creación
Mujeres de palmeras y fuentes
atrapadas en el golfo de las habladurías
los juegos infantiles han abandonado a la casada
y en los ojos os tiembla el fuego alimentado
por las riñas amorosas
Mujeres sentadas en los laberintos de
la pasión cosechada por los gritos
del alumbramiento
Mujeres del ayer, del mañana
sobre la tierra maltratada
y adornada por vuestras manos
siempre quedará en alguna parte
una boca para ensalzaros y gritar
con tozuda esperanza que sois
el canto del mundo no consumado
Mujeres soberanas de los tiempos
antiguos y las conquistas futuras
sobre las olas y en los vientos
Llevadas por las chalupas
de vuestros cuerpos molidos
Un día no quedará en esta tierra
más que un hombre para adoraros y
amaros
Será guardián del paraíso
Eva habita en Palestina
y en el Sahara se detienen las olas
al pie de una mujer desnuda
armada de una sola sonrisa para desazonar
a los farautes de la muerte
En cada mujer comienza el mundo
y lo decís tan tranquilamente
en el tono de los susurros graves
que recuerdo haber aprendido de mi madre
los secretos de vuestra búsqueda
¿Dónde estáis pues mujeres de mis deseos
cascos de jarra en la tierra perdidos
fragmentos de silencio y heridas abiertas
a mis ojos de niño vestido sólo de vuestras
promesas?
(HAMID SKIF