Buenos días queridos Steemians, les deseo un excelente sábado y todas las buenas vibras del mundo.
Hoy vengo a contarles una historia que le sucedió a una persona que conocí hace muchos años:
Era una mañana invernal como cualquier otra en la campaña de Leandro N. Alem, mas precisamente en los caminos rurales de Fortin Hacha, caminos viejos y gastados, la mañana del sábado 11 de Julio de 1936. Esa mañana Don Marcelo se dirigía al pueblo a comprar provisiones al almacén de Ramos Generales para el y su esposa. Había llovido y el camino frente a su chacra era un lodazal terrible, nada raro en el campo pero debía salir igual.
De lejos vió venir un auto, un Ford 35 nuevito, algo raro en esa época y por esos lares. De golpe vió que se quedó encajado y como buen paisano fue a asistir a sus ocupantes.
Habló con ellos, 4 tipos jóvenes muy bien empilchados que amablemente le pidieron que les sacara el coche de la encajadura. Presto y gaucho se volvió al galope a la chacra y fue a buscar sus percherones. En menos de 15 minutos el auto de esos hombres tan amables y galantes estaba de nuevo en camino. Uno de ellos, el mas pituco de los 4 le dió 100 pesos de propina. En esa época un chacarero como el no ganaba 100 pesos así nomás, lo que le dió un poco de extrañeza pero tomó igual la propina y se despidió de los pitucos.
Al día siguiente fue de nuevo al pueblo y se puso a leer el diario en el boliche. Ese tipo tan pituco y tan amable, resultó se el Pibe Cabeza, que venía con su banda escapando de la policía de Vedia, habían robado 30.000 pesos de una financiera en esa ciudad y se habían cargado a dos milicos.
Gracias a la gente de viejoboliche.blogspot.com.ar por la imagen del boliche.
Es el día de hoy que esta historia se cuenta como una rareza en mi familia y ese tipo tan amable, galante y cordial, resultó ser uno de los más intrépidos bandidos rurales de toda la Argentina. Esos sobre los que canta León Giego y dice:
Bandidos rurales, difícil de atraparles
Jinetes rebeldes por vientos salvajes
Bandidos populares, difícil de atraparles
Igual que alambrar estrellas en tierra de nadie.
Ese día Don Marcelo, sin saberlo, ayudó a que el Pibe Cabeza fuera difícil de atrapar, sacando su bólido intrépido de entre el barro. Ese día un delincuente popular le ganó otra batalla a la milicada al servicio del capital.
Ese día por una gauchada, Don Marcelo, incrédulo aunque siempre gaucho, se hizo el salario de meses en la chacra y sin saberlo le dió un tiempo mas de vida a una leyenda nacional.
Les dejo como agradecimiento por leerme la canción de León Gieco llamada Bandidos Rurales, cantada a dúo con Ricardo Iorio:
Desde ya muchas gracias por leerme y especialmente gracias a Proyecto @cervantes por inspirarme para escribir.
Les desea un excelente fin de semana y unas fantastica semana @salamanca1987ar
Una historia muy curiosa.
Es interesante como muchas veces en las noticias se deshumaniza por completo a los bandidos y olvidamos que también son personas y que no necesariamente son psicópatas. No digo que todos los criminales sean buenas personas (porque no), lo que intento explicar es que simplemente que alguien esté cometiendo un crimen no la priva de comportarse amablemente con otros, sobre todo cuando necesita la ayuda de los demás...
Correcto, el tipo era un delincuente pero tenía su humanidad. Aunque dicen que los psicópatas son amables a veces por necesidad.
@salamanca1987ar luego del post de ayer parece que hizo efecto y arrancaste con todo.Excelente relato, plasmado con muy buenas fotografías y para terminar con un grande de la música. Post redondo y aplauso cerrado para este nuevo comienzo.
Abrazo grande!
Despues pasate por mi blog que hay novedades con BTC.
Dale, voy a estar pasando. Muchas gracias viejo.
Esos bandidos de buenos modales fuera del trabajo... sí se pueden fisgonear