Hola amigos
Tal como lo dije en mi post anterior voy a contar como fue que dejé el vicio del cigarro. Desde los trece años tomé el vicio del tabaco y fui fumador activo por más de veinte años hasta que decidí hacer lo posible por dejar esa adicción. Espero que esta experiencia pueda servirles a ustedes también.
El vicio del tabaco es uno de los más difíciles de dejar, yo diría que bastante difícil pero Escucha, ¡No imposible!...
Se hace bastante difícil de dejar este vicio si además de eso eres también bebedor y ese era precisamente mi caso. Yo era un bebedor social pero muy activo en la bebida porque bebía todos los fines de semana y eso hacía que dejar de fumar se me hiciera muy difícil.
Varias veces me propuse dejar de fumar pero solo lo hacía de palabra y no de hecho y eso así no da ningún resultado. Solo duraba unos días sin fumar y después volvía nuevamente a fumar y esta vez con más ganas. Pasaban los años y no podía dejar ese vicio.
A menos que te veas imposibilitado físicamente o que tengas una fuerza de voluntad de acero puedes dejar de fumar de inmediato. La mejor manera es pensar en ese vicio como si este fuera un “ser vivo,” con las mismas necesidades de alimentación como cualquier otro ser vivo.
Y eso fue lo hice yo. Pensé en ese vicio como un ser vivo que estaba indebidamente alojado en mi cuerpo y me propuse a dejarlo morir de hambre pero poco a poco, es decir, cada día fumaba menos y de esta manera el vicio se iba debilitando hasta que ya no tuviera fuerza ni control sobre mí sino yo control sobre él.
Yo atacaba al vicio del cigarro desde varios flancos. Por un lado tomaba suficiente agua al día para ayudar a desintoxicar mi cuerpo de la nicotina y también tomaba menos café porque el café contiene cafeína, una sustancia que estimula el deseo de fumar.
Dejé de reunirme y socializar con personas fumadoras, me mantuve firme en mi decisión de fumar cada día menos y así lo hacía. Todo lo que yo veía que me estimulaba fumar lo abandonada y así fui notando que cada vez me provocaba fumar menos.
Mentalmente me hice a la idea de que el vicio era un ser vivo muy perjudicial que vivía en mi cuerpo pero que la vida de ese ser vivo dependía de mí y solo de mí. Si yo dejaba de alimentar al vicio irremediablemente el vicio iba a morir y era preferible que yo matara al vicio antes que éste me matara a mí.
Me propuse que en por lo menos tres meses me iba a desintoxicar de la nicotina tomando abundante agua al día y fumando cada día menos, y que para ese mismo tiempo el vicio del cigarro ya debía haber desaparecido de mi cuerpo.
Fui matando a ese ser vivo poco a poco, cada día le suministraba menos nicotina y el vicio se iba debilitando. Al fin y al cabo yo era quien tenía el poder de mantener vivo al vicio y mi decisión era que éste debía morir.
Cuando se aproximaban los tres meses en los cuales me había propuesto dejar de fumar, un día encendí un cigarro para fumarlo y me di cuenta que en realidad ya no me hacía falta fumar, así que tiré el cigarro al piso y lo pisé fuertemente y me dije a mi mismo que nunca más volvería a fumar.
Ya era libre de ese vicio, había matado de hambre a ese ser vivo al no suministrarle la dosis diaria de nicotina. Mi cuerpo estaba desintoxicado y libre de esa terrible adicción que por más de veinte años me había dominado.
Me di cuenta que mientras no asumí que el vicio es un ser vivo con necesidades de ser alimentado como cualquier otro ser vivo no pude dejarlo.
Una vez que lo asumí de esa manera me di cuenta que el vicio dependía exclusivamente de mí y no yo del vicio, pero esto lo logré cuando me puse a reflexionar seriamente sobre el daño que le estaba causando a mi cuerpo.
Desaparecieron los dolores pulmonares que me daban cuando fumaba y que eran muy dolorosos. Por suerte me hice los exámenes médicos de rigor y salió que no tenía dañados los pulmones, tal vez los dolores lo causaban la irritación al fumar pero lo que si se es que eran muy fuertes.
A tiempo dejé de fumar y no me afectó, pero de haber seguido fumando ya para esta fecha quizás yo no existiría, me habría matado el vicio del cigarro en vez de haberlo matado yo.
Así que mi consejo y mi recomendación para que dejes de fumar es que primero asumas que el tabaquismo es un “ser vivo” que se aloja en tu cuerpo con tu consentimiento cuando decides comenzar a fumar, y que una vez que éste se instala en tu cuerpo necesita que fumes para mantenerse vivo y que mientras más fumes más grande y fuerte se hace el vicio. Cuando asumas eso te darás cuenta que el Poder lo tienes tú sobre el vicio y no éste sobre ti.
Evita todo lo que te aliente a fumar, café, alcohol, amistades que fumen, reuniones sociales donde se fume y proponte con firmeza a fumar cada día menos hasta que llegue el día cuando ya habrás matado a ese ser vivo que vive dentro de ti llamado tabaquismo.
valla como me gustaria tener esa fuerza de voluntad que tu tienes sin enbargo tu esperiencia me enseño que con mucha voluntad lo puedo lograr muy buena tu psicologia amigo
Como coloqué en el titulo del post [Si yo lo logré, tú también puedes] Tratar de hacerlo de inmediato es casi imposuble. Lo ideal es aplicar lo que recomiendo en el post, dejarlo poco a poco hasta que muera de hambre el vicio y ya estaremos libres. Gracias por comentar. Saludos...