Fuente
“No le pegue a la negra”, decía el estribillo distorsionado por la distancia y el viento. Aurora bajaba con dos tobos de agua. Hilde recogió una colilla de cigarro del piso. Tanteó el bolsillo en busca de una caja de fósforos. Esperaba nervioso una llamada. El teléfono monedero era el único que recibía llamadas en todo el cerro. “Estamos juntos en esta vaina”, pensaba Hilde, mientras caminada como león enjaulado por el callejón. “Si caigo yo, me llevo a unos cuantos”, mascullaba. Trastabilló, asustado, cuando Mercedes llegó con cara triste. La mano tocó instintivamente el revolver. Luego bajó la guardia al ver que era ella.
—¿Qué pasó, negra? —Hilde esperaba noticia del “negocio”, del “trabajo”—.
Mercedes, casi llorando le respondió:
—Murió Cantinflas.
—¡Nojoda, negra! ¡Qué bolas tienes tú!
En ese momento sonó el teléfono. Del otro lado de la línea “el mocho Manuel” le espetó con voz lapidaria:
—Perucho habló. Piérdete unos días. No le digas nada a Yajaira.
Se escuchó un pitico.
A lo lejos se oía “este callejón lo sabe”...
...
Jejeje ese es amigo mio... Excelente señor Saludos y mis respetos mi apoyo con mi humilde voto.
Gracias, hermano, por tu visita.
Recibe nuestro voto por parte del equipo de curación data-usb
¡Gracias por el apoyo!
esa no es la corte malandra?
Efectivamente. No encontré una foto mejor. Busqué en Google fotos de ranchos y cerros pero no encontré uno donde no saliera, al menos, una antera de DirectTV, y mi relato se ambienta en los años 90.
Excelente texto. Eres un gran conocedor de los vericuetos de la vida popular. Felicitaciones. Un abrazo.
Gracias por el comentario. Te recomiendo un libro de José Roberto Duque, llamado "Salsa y Control". Una joya. Se puede leer online gratis.
Gracias. Ya me pusé en él.
Yo y que estaba pensando: Yo como que leí ya este cuento. Me parece genial lo que hiciste. Así el trabajo no se pierde. Abrazos.
Abrazos, Nancy. No me desampares.
¡Qué buen minicuento (o nanorrelato)! En lo personal, tengo inclinación hacia los relatos muy breves. Me gusta ese aire malandro del barrio, con sus características ambientales y de conducta, sucintamente presentadas, más la perspectiva y lo narrado marcado por la ironía y la ambigüedad; también el uso en clave de humor que le das a las citas de canciones de salsa.
Leí tu comentario para @irvinc, y me permito añadir que además de José Roberto Duque, en esa línea están también, con cuentos y novelas, Ángel Gustavo Infante e Israel Centeno.
Saludos.
Sustancioso comentario. Se agradece, ya voy a indagar sobre esos autores.
chaaaamooo esta buenisimo esto jajaa y mas con los que son Ismael y su combo
Hablale Vladi1000:
Épale hermano, por ahí te dejé la parte 2.
jaja bieeen!